COLUMNISTAS

El México pensante

 

Por Alberto Woolrich

El lenguaje de Andrés Manuel López Obrador desde su púlpito mañanero es a todas luces tan impreciso como el de la política que practica en temas de justicia. Hay conceptos como honestidad, independencia,  Fiscalía General de la República, delitos, jueces y otros similares que varían en sentido diverso el espíritu y letra de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En concepto de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C. el problema de la terminología política y jurídica que emplea el actual Poder Ejecutivo Federal arroja datos interesantes sobre la sinrazón de sus conceptos en torno a la justicia.

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos tiene (según su entender) la imperiosa necesidad de emplear un lenguaje impreciso, lentito, incongruente para realizar su proselitismo político-electoral a fin de pretender dar continuidad a su proyecto de Gobierno. El señor licenciado Don Carlos Eduardo Villamata Paschkes, refiere que “En México no han sabido (refiriéndose a los seguidores del presidente) ver muy bien esa singularidad con ojos puros y veraces. Tienen una propensión excesiva a ser engañados con frases como justicia en ésta transformación o la seguridad que existe en ella”.

El México pensante, sin embargo, tiene una intuición y percepción diferente o un sentido especial para juzgar adecuadamente a su presidente y para criticarlo cuando percibe una falacia que no beneficia a la justicia de nuestro México o para denostarlo y/o satanizarlo cuando juzga su labor incongruente e inconducente. Hay un aspecto grotesco y risible en la política de Andrés Manuel López Obrador que ese México que piensa sabe aquilatar muy bien.

En ésta época —como en la del neoliberalismo— la política tiene más de engaño que de veracidad. La política que ingeniosamente llama cierto sector “política en la justicia”, consiste en decir falsedades con apariencia de veracidad. El mismo Carlos Villamata antes citado, al respecto agregó: “Nadie que haya pensado de las relaciones de justicia con el ejecutivo, estará dispuesto a creer que en la actualidad se encuentra saciada la sed de justicia”. La mayor parte de los conceptos expresados por el actual Presidente de México son, todo menos que congruencia, no resultan ser guías para la justicia que nuestra Nación requiere, por lo general resultan alejadas de esa justicia que señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

 

Es cuanto

 


 

Presidente de la Academia de Derecho Penal

del Colegio de Abogados de México, A.C.