COLUMNISTAS

La inexorable derrota del PRI

 

Por Herlindo Robles

A últimas fechas el “revolucionario INS”, (como lo calificara el finado maestro Tomás Mojarro), ya no sabe si “perder ganando o ganar perdiendo”. Definitivamente al otrora poderoso partido, se le subieron a las barbas el pleno de la chiquillada panista, apadrinada desde luego por los dueños del dinero y con la personería de Claudio Xoconostle G.

Toda la “pitufisa” se empoderó con la arenga mediática y se le fue a la yugular desbancando incluso el derecho de sangre reclamado por de la Enrique de la Madrid y Claudia Ruiz Salinas, aún queda en la arena pública lo que pudiéramos distinguir como el último espécimen de los dinosaurios, Beatriz Paredes, hechura de Luis Echeverría y emanada de la CNC, gobernadora de Tlaxcala, senadora, diputada, embajadora, presidenta del mismo partido en la vio nacer y desarrollarse, aunque también contribuyó a la debacle, al mover los estatutos partidarios, de la izquierda a la social democracia.

Así el partido que en su momento se le conoció como la “aplanadora”,  avaló a través del Fobaproa y su transición al IPAB, el fraude del siglo, con un servicio de deuda impagable y leonino, el partido qué elucubró y aplicó el tratado de libre comercio, el partido que enriqueció un puñado de familias entregándoles las empresas nacionales, convirtiendo así mexicanos conocidos como los hombres más ricos del mundo.

Empresas como Teléfonos de México, Altos Hornos de México, televisoras, minas, y todo lo que produjera ganancias. Empresarios jugando a ser banqueros, se enriquecieron con la gestión del ya mencionado Fobaproa, la gobernabilidad del país, en aquel tiempo sostenida en masacres de indígenas o liderazgos, todo el nombre de la paz social, la limitación del derecho de huelga, la severa reducción del poder adquisitivo del salario mínimo de los trabajadores. Los contratos de protección para encubrir la explotación de la masa obrera a cambio de sueldos miserables, la apropiación de los empresarios respecto de los fondos de los trabajadores en el Infonavit, fondo social creado con las cuotas obreras y qué fue mutando hasta convertirse en el negocio de empresarios en la construcción, que se dedicaron a construir en zonas inaccesibles conjuntos habitacionales, inhabitables, convertidos en elefantes blancos.

Las dádivas inmorales a diputados y senadores para aprobar las reformas estructurales con miras a beneficiar a grandes empresas transnacionales, lo que hoy el PRIANISMO denomina como “progreso”, o sea, entregar empresas y la riqueza nacional a cambio de empleos con sueldos ínfimos, sin capacitación, sin prestaciones sociales dignas, es lo que llaman; desarrollo económico, progreso, estabilidad y confianza por parte de las calificadoras. Pues desde luego, ven con buenos ojos que haya un pueblo sometido y paz social, sin ni siquiera movilizaciones sociales, para qué la clase pudiente pueda circular a sus anchas por la ciudad, sin qué les molesten los reclamos de la clase trabajadora. Actualmente el “revolucionario INS”, se encuentra secuestrado por una camarilla de delincuentes que pasan la charola a los empresarios en un maridaje perverso, tal y como fue develado en audios que dio publicidad la gobernadora Sansores; se escucha el cinismo de la actual dirigencia partidaria, que reclaman que se le pidiera más dinero a un empresario corrupto del giro de cines, pues lo calificaban de tacaño en sus aportaciones para los candidatos partido tricolor. Ésa es la clase de dirigentes que hoy desesperadamente se someten al poder económico.

Obedeciendo hasta sus más insignificantes ocurrencias, como lo es impulsar la figura de la señora X y así fue que la serpiente mordió su cola inoculando su propio veneno,  empero ahora veremos si será capaz de asimilarlo o será el final de su existencia, pero cualquiera que sea la decisión o resultado está bien claro que el único que gana es Alejandro Moreno, pues ante la extinción del partido se quedará hasta con los bienes patrimoniales del instituto político fundado por el estadista Plutarco Elías Calles.

De cualquier forma, el legado de López Obrador es único en la historia política de los pueblos, dado que pasamos de la revolución a la regeneración social, en un ámbito de paz social verdadera, en el ejercicio democrático, derrumbando así liderazgos mezquinos, que traicionan al pueblo y no merecen otro destino más que beber su propio veneno.

 


 

Twitter: @zorvha