COLUMNISTAS

El Faraón y los balazos en Orizaba

 

Por Luis Ramírez Baqueiro

 

 

“La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre”

– Tácito  –

 

Vaya lunes el que vivieron los orizabeños un evento que aparentemente se podría constreñir a la delincuencia organizada, provocó todo un caos y un verdadero escenario de psicosis.

El parte oficial de las autoridades de Seguridad refería que el incidente se habría presentado luego de que se activará un Código Rojo, tras un reporte a la línea de emergencias 911 sobre la detonación de armas de fuego en el centro de Orizaba, de inmediato la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) activó sus protocolos.

La información señalaba que, al acudir al sitio de emergencia, fuerzas del orden fueron agredidos por parte de personas armadas desde el interior de un domicilio, por lo cual se implementaron acciones para neutralizar a los presuntos agresores.

En el operativo intervinieron elementos de la Policía Estatal, Fuerza Civil, SEMAR, SEDENA, Guardia Nacional y Policía Municipal mantienen acciones de disuasión y vigilancia en este municipio.

Es evidente que en un municipio de 125 mil habitantes en donde los niveles de seguridad son tan altos, actos aislados como estos provoquen una histeria de carácter colectivo, sobre todo, porque la refriega duró al menos dos horas.

Lo extraño de esto fue lo que también comenzó a circular en redes sociales, versiones de presuntas quemas de tractocamiones a la par del incendio de una Gasolinera en los límites de Fortín de las Flores, que aparentemente habrían sido casos aislados, no implicados en el incidente, pero que en la psicosis generalizada fuera interpretado como parte de dichas acciones en redes sociales.

De igual modo, se hablaba de un presunto robo generado cuando sujetos armados intentaron robar a una persona que había salido del banco Banorte ubicado en la ciudad de Orizaba en las calles Oriente 6 y Sur 29 con una fuerte cantidad de dinero lo que originó una persecución por toda la zona sur y oriente fue entonces que los delincuentes fueron perseguidos y estos a su vez se atrincheraron en una casa ubicada en la calle Sur 15, en donde se habría dado el enfrentamiento.

Ya entrada la noche el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez salía a dar la versión de lo sucedido, acompañado del secretario de Gobierno, E. Patrocinio Cisneros Burgos hablaba de lo sucedido, evidenciando un nerviosismo fuera de lo común. 

Lo particular del caso es que el mismo acompañante del gobernador en la explicación oficial a lo ocurrido en Orizaba, el fin de semana se le vio muy diferente, su rostro de por sí adusto, mostraba esa sonrisa que da el sentirse otrora poderoso.

Hasta donde llegó precisamente su ejercicio y medición de poder que dicen los habitantes de Otatitlán, que el funcionario estatal, hizo desfilar frente a él en un evento denominado Orgullo Veracruzano -de esos que se inventó desde que se siente turismólogo- evidenciando la prepotencia y la arrogancia de quien se siente el “Faraón de la Cuenca”.

Será que a esos alcaldes ya les platicó que no les podrán limpiar las cuentas municipales porque simplemente les cayeron en la movida, bueno sería al menos lo que más recientemente habría revelado el periodista Armando Ortíz confirmando la versión que en este mismo espació dimos en días pasados. 

 

Al tiempo.

 

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