¡Qué poca ética!
Por Alberto Woolrich Ortíz
Qué poca ética, qué nula moral profesional, qué falta de amor a la procuración de justicia, qué desprecio a México, qué deshonra para la Fiscalía General de la República, qué impúdica conducta de Alejandro Gertz Manero, en su calidad de Garante de la Sociedad en ésta Cuarta Transformación de la Nación.
Conceptos contundentes, jamás escritos que yo recuerde y expresados por un abogado litigante en contra de la autoridad, especificaciones veraces las cuáles resultan trascendentes, mismas que se analizaron con el pensar de la Abogacía Independiente de la República, para destacar que en la procuración de justicia, resulta trascendente, no sólo conocer el valor de la norma jurídica, sino que todos los actos de la Fiscalía General deben de basarse en la legalidad, en la probidad, en los conocimientos.
Ello así lo ordena la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Después de haber escuchado la conversación sostenida entre el forajido de la justicia que funge como Fiscal General de la Nación y el padre de un delincuente de altos vuelos de nombre Emilio Lozoya Austin, encontramos que la plática en comento no sólo es aberrante, sino actual. Ello nos hace pensar que el fenómeno de corrupción en el ámbito de procuración e impartición de justicia sigue campeando y no existe nadie en los órganos de gobierno de esta Cuarta Transformación de la República que se preocupe y ocupe por ello.
A nuestro modesto entender, ello ya resulta intolerable, insufrible e insoportable, ese amistoso coloquio, tiene especial dedicatoria para la politica sostenida por Andrés Manuel López Obrador de “abrazos y besos» a la delincuencia de referencia.
En otro orden de ideas, el togado delincuente Gertz Manero, con su ridícula y presuntuosa actitud hace referencia a que se ha convertido en asesor de la delincuencia a la que él mismo acusó.
Para ello, ofrece sin ambages, en nombre de la procuración de justicia de los Estados Unidos Mexicanos incumplir con los principios de imparcialidad, certeza jurídica y objetividad como lo manda la ley de la materia y lo desea el espíritu de nuestra Carta Magna.
Nos dice también el fiscalito de marras en su amigable diálogo con el padre de un delincuente, que para procurar justicia, se requiere demoler leyes e instituciones, ya que esto es lo positivo a los fines de corrupción de la Cuarta Transformación de la Nación; para ello, como ahora es nuevamente del conocimiento público, se requiere únicamente ser acusador, asesor y defensor a la vez.
Una de las partes de su conversación que más impresionó a la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México A.C. fue la concerniente a su moralidad, en abierta simbiosis con el pensamiento del Benemérito de las Américas, Alejandro Gertz Manero, lo contradijo diciendo que: “se desista de inmediato porque así no juego».
La impactante parrafada, nos muestra la dimensión y el peso de la corrupción de Alejandro Gertz Manero, suficiente para correrlo ipso facto y encarcelarlo.
Agrego y repito el pensar de Benito Juárez: “siempre hay que le decir la verdad, cualquiera que ésta sea, la verdad y únicamente la verdad”.
Concluyo diciendo: La Fiscalía requiere una dama de bien que sepa limpiar nuestra casa profesional.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio de Abogados de México, A.C.
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