COLUMNISTAS

Elecciones sin regateos

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

La selección de candidatos a la Presidencia de la República ocupó todos los medios de información desde meses atrás. Hubo medios que abiertamente se comprometieron con partidos, personajes y líderes y no los sueltan, siguen con ellos ya sea por convicción o interés.

En política nada es fácil, nadie es completamente inocente ni culpable. Lo que debe verse es que la población se deslumbró con la selección de candidatos a la Presidencia de la República y no ha atendido, a pesar de ser parte esencial de la historia y su permanente transformación, el resto de las elecciones de otros puestos de elección popular.

En el país habrá elecciones para renovar un total de 20 mil 286 cargos de elección popular, las más grandes de la historia de México, que tienen que ver con la voluntad popular; y tanto los partidos, los candidatos, como los medios no atienden ante la expectante espera de noticias de la población.

Este desprecio por el resto de los cargos de elección popular permite que dentro de los partidos haya venta de candidaturas, y una serie de alteraciones al orden democrático que seguirán evitando que la democracia avance.

No debe regatearse la participación ciudadana para todos y cada uno de los cargos en juego, porque lo mismo transforma el país la intervención de un síndico que la de un Presidente de la República. El caso es darse cuenta de la importancia de cada puesto.

La práctica política siempre fue un ejercicio que se alejó del pueblo, y ahora no ha cambiado mucho dicho distanciamiento. Porque, a pesar de que hay cambios que nadie puede negar, se desconoce la manera en que operan en términos de participación ciudadana.

Porque una vez elevada la selección de candidatos a la Presidencia de la República, lo mismo debe suceder para el resto de los cargos de elección popular; desde luego que es mucho gasto, pero puede reducirse si se quitaran 200 diputados plurinominales y 32 senadores que ocupan sus curules sin realizar campañas, por lo que carecen de contacto con el pueblo.

El 2 de junio de 2024 podrá elegirse, además del Presidente de la República, 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Será un total de 1,787 presidencias municipales, 1,973 sindicaturas y 160 concejales del gobierno de la capital.

Algunos de ellos podrán reelegirse, otros no. Pero la población desconoce los requisitos de esta repetición en el cargo, a pesar de ser la que elige el destino político de su municipio, distrito, estado y país.

Atrás quedaron los tiempos en los que sólo se elegía al presidente municipal, ahora el pueblo elige a los síndicos, lo que nunca soñaron los mexicanos de generaciones anteriores.

En la política mexicana se rompe con la aparente estructura de gobierno donde los tres niveles de gobierno son reales oficialmente, pero hay estados donde la presidencia municipal de otros municipios tiene mayor importancia, incluso presupuesto que el propio gobernador.

En cuanto al Congreso, también es necesario conocer a fondo las alternativas de gobierno y las ideas políticas de quienes quieren competir por cargos de elección popular, porque si el Presidente de la República no tiene mayoría no puede hacer gran cosa a la hora de reformar leyes o hacer designaciones o nombramientos.

De nada sirven los cambios en la política si no se informa adecuadamente a la población sobre sus repercusiones y, sobre todo, se debe conocer el momento preciso en el que la gente debe empezar a intervenir más allá del voto, porque la vida política de los mexicanos no puede y no debe limitarse a la emisión de su voto cada periodo electoral.

La política debe dejar de ser una práctica sólo para iniciados y destinar recursos para la capacitación e información de la población. Los vicios de la propaganda política en México se limitan a hablar mal del contrincante, así pueden ocultar con mayor facilidad los vicios propios, pero nunca se les ha ocurrido instruir a la población sobre la manera de votar con conciencia y certeza.

Los medios son trincheras para los partidos, pero podrían ser un aula para que los caminos de la democracia sean construidos por los partidos y no se regrese al pasado donde sólo gobernaba el país un solo hombre y sus intereses.

Pareciera como si las elecciones presidenciales fueran el árbol que tapa el bosque de la vida electoral y política de los mexicanos. Todos los cargos son importantes, más aún en un proyecto donde la igualdad es una de las reglas del juego.

La participación ciudadana es un hecho nuevo en este sexenio que empezó convocando a la sociedad a diferentes consultas públicas, como la que definió si se debía rechazar el gran negocio que era el Aeropuerto de Texcoco, y la pregunta a la voluntad popular para saber si la gente quería encarcelar a los expresidentes. Esta convocatoria a la participación política debe seguir adelante y crecer, de otra manera sólo podremos ser protagonistas de una parte de la historia política de este gran país.

Por muchos años se menospreció a los ciudadanos como los protagonistas de la historia, porque para los regímenes pasados el devenir del país sólo podrían diseñarlo los políticos, ahora es tiempo de que la política sea una de las actividades propias de los mexicanos no sólo como votantes, mucho menos como simples espectadores, deben incorporarse a la transformación y su rumbo.

Porque siempre se habló de cambios, de transformación de derechos, pero todos y cada uno de esos conceptos deben tener un rumbo, un camino y un objetivo, y ese debe trazarlo el pueblo. Así como no hay contrincante pequeño, no hay votación que no sea trascendente.

PEGA Y CORRE.

Mientras el Consejo Nacional de Morena toma decisiones para el futuro político del partido, el gran ausente, el exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, asiste al segundo informe de gobierno de la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, en un acto que le sirvió de marco para reiterar que este lunes 11 dará su posicionamiento sobre su futuro político…

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.