COLUMNISTAS

Los maestros intentan romper el alza salarial

 

Por José Ureña

El magisterio va por un nuevo paradigma. Quiere alcanzar la barrera de los dos dígitos y por ello ha solicitado 12% de incremento salarial para el presente año.

Sería una marca y si la actitud oficial resulta clave, no va mal. El secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, inició negociaciones a principios de marzo con la mejor disposición.

Se hará lo posible, ha dicho a las representaciones de los dos principales sindicatos, el Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de Alfonso Cepeda Salas y Sindicato de Trabajadores para la Educación (STE) de Carlos Jonguitud Carrillo.

Naturalmente en las pláticas participa la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, pero la decisión corresponde a quien tiene a su cargo las finanzas nacionales.

A los encuentros sostenidos hasta ahora no acude la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) por una razón simple: no es sindicato y formalmente es un ala del SNTE de Alfonso Cepeda.

Pero no deja de llamar la atención porque como aliada político-electoral del Gobierno actual tiene representantes en el Congreso de la Unión y debiera ser factor de mejora para el profesorado.

 

POLICÍAS ANTIDROGAS

El resultado se conocerá el Día del Maestro, como es costumbre. El 15 de mayo -ya circulan las invitaciones pero no se precisa dónde será la ceremonia oficial- se hará el anuncio con efectos retroactivos a enero pasado para los casi dos millones de docentes y administrativos.

Las representaciones sindicales han sido insistentes en mencionar cómo, tras la normalización de clases presenciales, se han incrementado las obligaciones de los maestros.

Una de sus nuevas responsabilidades es participar en la cruzada contra las drogas y deben hacerlo en el salón de clases como vigilantes y autoridad, sin tener protocolos para ello.

Vacío lamentable porque, como en el caso de la violencia, no pueden intervenir y simplemente deben dar parte a la autoridad escolar y, de ser el caso, la policía o al Ministerio Público.

Poco se dice, pero se les pone ante un riesgo evidente: si combaten el consumo de drogas, pueden ser acusados por los narcotraficantes y por lo tanto sufrir venganzas, represiones.

Con más funciones y ante más riesgos, ojalá el magisterio rompa la barrera de los dos dígitos.

 

ALEGRÍA FARMACÉUTICA

Los farmacéuticos ven con cierto agrado la desaparición del Insabi, el intrascendente Instituto de Salud para el Bienestar de Juan Ferrer.

Sufrieron su desorden no superado siquiera con la intervención de las Naciones Unidas, la famosa Unops, porque no había convocatorias oportunas para adquirir medicamentos y mucho menos para cubrir los pagos.

-En ese sentido es mejor tratar con el Seguro Social porque el IMSS tiene experiencia en las compras consolidadas -se consuela Juan de Villafranca, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf).

Pero con la liquidación del Insabi también vienen las incertidumbres, pues ahora hay deudas por unos 17 mil millones de pesos -la cifra varía constantemente- y no saben quién las liquidará ni cuándo. Hay pedidos pendientes por saldar desde 2021, lo cual ha descapitalizado a la industria farmacéutica.