COLUMNISTAS

El dilema de las marchas de la oposición 

 

Por Carlos O. Silva Bandala

La pregunta con la que se inicia este mini ensayo político es: ¿Qué tanto influirán las marchas de la oposición en la elección del 2024 para Presidente de la República? En el peso y contrapeso del poder político existen dos balanzas que tienen un significado muy importante en el quehacer de la vida nacional. Por un lado, la composición partidista en la Cámara de Diputados Federales y por el otro, las movilizaciones sociales. Ambas presencias políticas impactan el ejercicio del poder presidencial. En la Cámara de Diputados ha habido rechazo a iniciativas del Presidente AMLO. Las organizaciones ciudadanas, no partidistas, y los colectivos ciudadanos, han mostrado un número considerable de manifestantes que no simpatizan con la forma en la que el Presidente, ejerce su mandato.

Ante la imposibilidad del Presidente para lograr la mayoría calificada (dos terceras partes) para avanzar en sus iniciativas de Reforma Constitucional, tanto en materia energética como electoral, hizo valer la facultad que le otorga la Constitución, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Este es el caso del llamado Plan B, en el que se encuentra parte de la Reforma Integral Electoral, la que no requiere reformar la Constitución. El Plan B ha sido aprobado por el Congreso de la Unión, en las partes que no modifica o altera como está la Constitución, por lo que sólo requirió de mayoría simple (50 + 1). Ahí se inserta el Instituto Nacional Electoral. Sin embargo, las dos vías de las que se ha valido la oposición partidista y la ciudadana, son los amparos ante la SCJN y las movilizaciones ciudadanas. Por ello, la magna concentración del 26 de febrero. El Plan B fue publicado oficialmente, hecho y circunstancia por el que proceden las impugnaciones ante la SCJN.

 

LAS DOS MANIFESTACIONES MULTITUDINARIAS

La del 13 de noviembre de 2022 y la del 26 de febrero de 2023. La primera fue secuestrada por los partidos políticos opositores (PAN, PRI, PRD). Sus dirigentes se hicieron notar y lanzaron vítores, al grado de afirmar que derrotarán en el 2024 al Presidente AMLO y su partido. Alardes triunfalistas con el slogan: “El INE no se toca”. La movilización ciudadana del 26 de febrero no dió la oportunidad a los partidos políticos mencionados para que se colgasen la medalla al mérito movilizador. La disparidad de impacto político entre una y otra manifestación, se explica por los mismos oradores participantes. Por la forma en la que se hicieron notar: Marko Cortés, Alejandro Moreno, Jesús Zambrano, en la primera hasta difundieron imágenes de ellos y en la segunda ocurrió todo lo contrario. Pasaron casi desapercibidos. Ni una, ni otra manifestación, fueron exitosas por la promoción partidista, sí lo fueron, por las organizaciones ciudadanas apartidistas. Sin embargo, de ambas se colgaron, Marco, Alejandro y Jesús, para hacer creer que están cerca de la gente y que son demócratas. Ni una ni otra circunstancia los arropa; no fueron electos representantes populares por la ciudadanía. Responden sus escaños, en el Congreso de la Unión a cuotas de poder político partidario; y por otro lado, carecen de esa capacidad de convocatoria. Ni aún juntos, PRI, PAN, PRD, tienen esa capacidad para convocar multitudinariamente y, sin embargo, sí tienen un poder indiscutible en la Cámara de Diputados. ¡Qué paradoja!

Al revisar los acuerdos que difunden los medios de comunicación, en el sentido de que el PRI, sigla las candidaturas a gobernador de Coahuila y Edomex y el PAN lo hará para las candidaturas del gobierno de la CdMx y de Presidente de la República, al confrontar los hecho y los discursos de las dos manifestaciones al comento, al PAN, PRI, PRD, ya se les hizo bolas el engrudo.

Ahora bien, si el candidato presidencial siglado por el PAN, es militante y/o dirigente de este Partido, el PRI habrá tirado al bote de la basura su identidad política.

 

 

IDENTIDAD POLÍTICA

Es una forma de identidad social que marca la pertenencia a ciertos grupos que tengan en común, una lucha por alguna forma de poder. No hay explicación válida, no desde el contenido de los documentos básicos del PRI, para abanderar de manera coligada, con el PAN, una candidatura presidencial; siendo ésta, la más importante de todas las batallas electorales, el PRI al conjuntarse con el PAN, cual comparsa, se viste con el mismo traje: la derecha. Antihistórico, absurdo.

Antihistórico. Contrario al método histórico; que al evaluar un problema, no tiene en cuenta el factor histórico; que obstaculiza la evolución histórica o no se ajusta a ella.

Oportunismo. Actitud de la persona que generalmente, en sociedad, se acomoda a las circunstancias para obtener provecho, subordinando, incluso, sus propios principios.

Bajo esas circunstancias, el PRI se asume como parte de la doctrina política conservadora, contrario a su tendencia ideológica, que lo vincula a la corriente social-demócrata de los partidos políticos contemporáneos. Se vuelve inconcebible, que el PRI, en sus 94 años de haber transitado como un Partido Revolucionario de Centro Derecha – Centro Izquierda, se alíe y se subordine a su adversario político de casi 100 Años. Por 78 años, el PAN fue opositor del PRI, por 12 años, el PRI fue opositor del PAN.

En toda su historia, el PRI, siempre participó en las elecciones presidenciales con candidatos surgidos de sus filas. Habiendo una sola excepción, con Jose Antonio Meade, que lo impuso Peña Nieto; Meade, declarado por sí mismo, no-priista.

 

DIGNIDAD

Significa que un individuo siente respeto por sí mismo y se valora al mismo tiempo, que es respetado y valorado. Dignidad política. Esta reflexión alude a una determinada manera de comportarse, que debería caracterizar la actuación de los políticos. Se dice que los políticos, tienen dignidad, cuando sus acciones las llevan a la práctica con grandeza y honor; con decoro.

Continúe Alejandro Moreno o no, como Presidente del CEN del PRI, para el periodo electoral del 2024, es indigno, que para entonces, a 95 años de haberse fundado dicho partido político y siempre haber participado en todas, absolutamente todas, las elecciones presidenciales, con candidato surgido de sus filas y lo haga, ahora en una aberrante alianza con la derecha política. Es la desvergüenza más ofensiva para lo que queda del PRI.

Para junio del 2023, Alejandro Moreno, habrá sumado 12 derrotas estatales, al frente del PRI; siendo la peor debacle política en sus casi 100 años de existir el partido. El desorden y desconcierto que ha provocado Alejandro Moreno en el PRI lo tiene al borde de su desaparición, y si al caso, en presencia política pírrica.

Al analizar que al PRI, PAN, PRD, ya se les enredó la pita, es porque las movilizaciones ciudadanas, no son causa y efecto de sus liderazgos. El conglomerado ciudadano, de ambas concentraciones, no sabrá para dónde hacerse en el 2024. Al considerar que las movilizaciones ciudadanas de la oposición son una alianza entre diferentes grupos, organizaciones, redes y movimientos que se constituyen en una alianza colectiva y se asumen de forma corresponsable en actos de interlocución política para promover cambios en el sistema de gobierno actual y en virtud de que son esencialmente apartidistas, y dado que los candidatos de elección popular sólo son posibles mediante los partidos políticos, y en consecuencia no pueden abanderar por sí mismas a esos candidatos, todos aquellos manifestantes de ambas concentraciones del 13 de noviembre del 2022 y el 26 de febrero del 2023, tendrán que escoger entre la abstención o por alguno de los candidatos que los partidos políticos abanderen, lo que va en contra de sus anhelos demandantes pues en sí, se declaran apartidistas.

Se les enreda la pita al PRI, PAN y PRD, porque para atraer a la ciudadanía al comento y sin discusión alguna, tendrían que abanderar una candidatura ciudadana (no partidista); es decir, que no sea militante o dirigente de alguno de estos partidos. Como esto no va a suceder así, esas movilizaciones sociales en las que se cargaron y camuflajearon; Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano; es posible que muy poca trascendencia e influencia lleguen a tener en las elecciones del 2024.  Su influencia está en otro sentido, en otro campo de batalla. Todo al tiempo. 

A contrario sensu, las movilizaciones ciudadanas del 27 de noviembre de 2022 y la del 18 de marzo del 2023, sí son esencialmente partidistas, convocadas por el gobierno del presidente AMLO y por Morena, el punto es, que estas movilizaciones, seguramente tendrán un efecto positivo en las elecciones del 2024, y otros de Morena y aliados. El Presidente AMLO, ha dado a conocer, que si los adversarios continúan convocando a marchas, él, y Morena, seguirán promoviendo otras que confronten y comparen, unas con otras. Esto tiene una razón política poderosa de fuerza y estabilidad, por las cuales el gobierno, el Presidente, se hacen ver con sustento social. Situaciones necesarias para la garantía de estabilidad de un gobierno fortalecido y legitimado, así como para las señales al resto del mundo, de un gobierno sólidamente apoyado por la gente, mayoritariamente.

 


 

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