COLUMNISTAS

Caos en Francia

 

Por Jessica Woolrich

El gobierno del Presidente francés Emmanuel Macron ha sido uno de los más polémicos de los últimos tiempos, provocando que cada tanto las franceses salgan a las calles a manifestarse,  primero por el alto costo de vida en la nación europea, después por los ataques en un centro kurdo, entre muchas otras protestas. Sin embargo ninguna se iguala a las que han inundado las calles de diversas ciudades francesas causadas por la reforma de pensiones, al grado que el transporte público no funciona en su totalidad y las escuelas permanecen cerradas.

Es que si bien esta fue una de las promesas más importantes durante su campaña para la reelección, y la mayor parte de los franceses apoya ciertas modificaciones a la ley, los cambios impulsados por Macron tienen el rechazo del 61% de la población, e incluso el 58% apoya una huelga nacional.

Es que para muchos las modificaciones que ya han sido aprobadas por el Senado, no son favorables para el pueblo, que no está cerrado a los cambios, pero sí a lo drástico de éstos, ya que lo aprobado, a decir de muchos, perjudica enormemente a los trabajadores, porque la edad de jubilación se ha retrasado hasta los 62 años y además se debe de haber trabajado por 43 años para poder ser candidato al cobro de una pensión completa. Lo cual preocupa a quienes no laboraron tantos años pero por su edad ya no están en condiciones de seguir haciéndolo.

 

 

Además, muchos que ya estaban próximos a jubilarse y ahora tendrán que esperar para hacerlo, los cambios les parecen desastrosos. Ya que si bien hay algunas modificaciones que sí son apoyadas por el pueblo, como el aumento del monto de la pensión, en general se sienten preocupados porque el gobierno parece no escuchar la voz popular, aún cuando es la gran mayoría que exige ajustes a la reforma. Pero Macron, fiel a su manera de gobernar, parece solamente centrarse en sí mismo sin escuchar a su pueblo, lo que ha generado un enorme divisionismo en un país que como se encuentra completamente polarizado entre izquierda y derecha, y que conforme al panorama actual, parece que eso no va a cambiar, porque las protestas continúan y a decir de diversos sindicatos, éstas no solo proseguirán, sino que incluso pueden aumentar, lo que podría poner en riesgo la economía de una nación que hoy no pasa por su mejor momento.

Por lo que sería bueno que el presidente llevara a la práctica lo dicho por Ezequiel Zamora, quien dijo que; “Hablar siempre con el pueblo, escuchar siempre al pueblo”, y quizás así las calles de Francia dejen de estar inundadas por el descontento.