La circunstancia política de Cazarín
Por Luis Ramírez Baqueiro
“El deseo intenso crea no sólo sus propias oportunidades sino además sus propios talentos”
– Eric Hoffer –
El ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco acuñó una frase con la que explicaba o intentaba definir lo que era la política. El hijo del cachorro de la revolución como se conocía su padre afirmaba: «la política es una ciencia de conciencia, constancia y circunstancia».
Quizá por ello, con los años y formación cerca del círculo más alto del poder, Alemán Velasco desarrolló en 1996 una novela que, a pesar de su prosa, pudiera ser considerada una radiografía de los síndromes presidenciales.
Estos estadios existenciales que sufre el mandatario nacional a lo largo de su carrera sexenal al frente del ejecutivo.
Pero esa obra del también empresario, marca claramente un sentido en cuanto a cómo se van desarrollando por mucho, algunas carreras políticas.
El mejor ejemplo de ello lo representa el actor principal de su obra, Diego Mendoza Luna, el ingeniero“Tierritas”, personaje central de esta novela de Miguel Alemán lo define como, “el hombre de las circunstancias”, un personaje con mucha suerte que logró colocarse físicamente muy cerca de diez presidentes de la República, todo mundo lo consideró influyente. “Tierritas” nunca pidió nada, todo se lo dieron. Todo comenzó por pequeños obsequios y atenciones sin compromiso. Sin embargo, por mucho que recibió, mucho más fue lo que dio, crónica la obra.
Ahí Alemán explica el sentido de su frase, la política es una ciencia en donde la conciencia, la constancia y la circunstancia imperan y siempre una pesa más que las demás.
El afirma que para ser político se debe de tener “conciencia” estar claro y tener definido el objetivo y convicción de su misión, se debe ser “constante” siempre perseverante dentro de la construcción de ese proyecto u objetivo; y se debe tener la “circunstancia” que se definiría como estar en el momento preciso a la hora de las definiciones.
Algo así está sucediendo en Veracruz con un actor político.
El caso de Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Sexagésima Sexta Legislatura pareciera ser la historia del ingeniero “Tierritas”.
Siempre propositivo, inmerso en el proyecto de transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador, sumado al proyecto del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, pareciera que la regla de las tres “C” se cumpliera, pues abiertamente y sin proponérselo, la circunstancia le estaría tocando a su puerta.
La más reciente encuesta de la empresa demoscópica Tresearche Internacional lo vuelve a poner en el escenario político estatal sin pretender o buscar abiertamente el cargo de gobernador del estado.
Lo simpático del caso es que el oriundo de Hueyapan de Ocampo abiertamente se ha decantado por la candidatura de la secretaría de Energía, Rocío Nahle García, sin embargo, los especialistas en medición le dan espacio en la contienda.
Desde el pasado 12 de enero, el legislador local ha expresado abiertamente su preferencia política por Nahle García.
Fue en conocido café del puerto de Veracruz, cuando acompañando al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández en su primera visita a la entidad, que Gómez Cazarín se decantaría por la responsable de la Sever, afirmando inclusive que, a él, ni lo anotaran en la encuesta, porque su corazón estaba con la responsable de la construcción de la Refinería de Dos Bocas.
Palabras más, palabras menos, Cazarín señalaba: “No es el momento para uno, vamos a respetar lo que diga nuestro partido sumando políticamente a favor de Veracruz… Tenemos a la Secretaria de Energía, así lo digo abiertamente, yo digo que mi corazón va hacia allá, que siga trabajando y haciendo las cosas bien”.
Así, que sí abiertamente, diciendo que no va, aparece en las encuestas, ¿Qué sería si dijera de igual manera que quiere ser considerado candidato?
La pregunta está en el aire y como siempre usted tiene la mejor opinión.
Al tiempo.
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