Un zombi llamado PRI
Por José García Sánchez
El PRI cree que el país se quedó estancado, atascado, desde que dejó el poder. Todo lo sucedido de esa fecha al día de hoy, no lo entiende. Quiere retomar la historia de México como si se le hubiera puesto pausa a una novela de terror.
Crear una alianza con un partido de derecha, que ahora se autodenomina de izquierda por la cercanía de intereses con el PRD, que ahora es de ultraderecha y nació en la izquierda, tiene muy confundido al líder del tricolor.
La tarea que todo partido es mantener una estrecha relación con la sociedad, pero el PRI está tan alejado de esta práctica que cuando llega a hacerlo crea todo un escándalo mediático para mostrar que es parte del pueblo. En una reunión convocada a organizaciones civiles el cuestionado líder aseguró que, para la elección de 2024, se impondrá “la amplia inclusión y el debate”, ejercicios democráticos que no muestran en la cúpula de ese partido ni en su estructura.
El PRI se muestra más sola que nunca ante la falta de actualización de una realidad que nunca entendió, por eso pierde espacios y acumula derrotas.
El tricolor al conocer la realidad, al distanciarse de la sociedad, desconoce el lugar que ocupa en este momento y es de total desamparo. Porque un partido que tuvo todo el poder y ahora se ve en la necesidad de aliarse con otros dos para poder ser competitivo en las elecciones no puede llamarse fuerte sino frágil, con un liderazgo frágil, con una militancia endeble, con un pasado turbio, sin más futuro electoral que el que pueda regalarle su aliado que tampoco vive su mejor momento, porque si se le exigiera al PAN un padrón real de su militancia y se actualizara el número de personas con derecho al sufragio, quedaría sin registro.
Del PRD no puede decirse nada porque no hace nada más que labores de sabotaje a través de sus jóvenes que consideran que hacen algo por el partido cuando en realidad lo hunden más en la fosa del panteón.
Las luchas del PRI que le dan el aliento para seguir adelante son causas perdidas: defender a un INE en el que nadie cree; Proteger a los magistrados del Tribunal Electoral que luchan contra muñecos de peluche con la imagen del Presidente; quieren seguir gobernado dos estados donde no los quieren por los gobiernos corruptos que han ejercido desde hace décadas. Los ideales que les dan respiración artificial al PRI están derrotados de antemano, no es necesario concursar por ganar, ni siquiera por figurar, pero de eso tampoco se dan cuenta.
El colmo de la desubicación de los priístas radica en que a una reunión destinada a la población civil hayan asistido estos personajes que ni pertenecen a la sociedad a la que debe convocar el PRI ni al PRI, como Claudio X Gónzalez y Gustavo de Hoyos de Sí por México, Guadalupe Acosta Naranjo, del Frente Cívico Nacional; Marco Antonio Adame, de Unidos por México; Leopoldo Hernández, de UNE México; Ana Lucía Medina, de Sociedad Civil México, y Andrés Carral, de Poder Ciudadano.
Para el PRI esa es la sociedad mexicana. Ese es su principal activo, porque los obreros, los campesinos, que en su momento fueron su carne de cañón; los estudiantes, a los que reprime cada vez que necesita consensos; a las amas de casa, que castigó todos los días con aumentos y carestías; a los empleados de gobierno, que insultó con sindicatos blancos. Esta parte de la población son, para el PRI, sólo un telón de fondo que no tienen cabida en sus invitaciones para convencer a una sociedad ficticia de unas luchas que atentan contra la verdadera población del país.
Cada día que pasa el PRI muestra su distanciamiento de la realidad, de la verdad, de la unidad, de la sociedad. Con esos conceptos no sólo no va a ganar, ni en coalición, sino que merecen perder lo poco que le queda.
Twitter: @Josangasa3