COLUMNISTAS

Mezquindad y carroña

 

Por Laura Cevallos

La lógica nos diría que, si vamos en un barco, y la seguridad depende de que todos los que somos sus pasajeros o tripulantes, haríamos lo que estuviera a nuestro alcance para preservarlo: lo mantendríamos libre de pestes; no permitiríamos filtraciones en su casco; no seríamos capaces de dejar que entraran a destruirlo los enemigos; exigiríamos al capitán que nos transportara con seguridad y en el rumbo indicado.

Por sexenios, el barco fue guiado por piratas, capaces de cambiar nuestra mercancía por géneros que saciaran sus vicios; tiraron por la borda a los pasajeros iniciales para dejar que piratas salvajes se hicieran cargo de impartir su propia justicia, sin que importara que los pasajeros no merecieran semejantes castigos, y para colmo, estuvieron a punto de entregar el barco para subir al yate del vecino, olvidándonos a la deriva: total, si nos hundíamos, ellos ya estaban a salvo.

Pero de entre los que estábamos dentro, como sucede siempre, hubo un hombre que se atrevió a desafiar la hórrida costumbre de pasar por encima de la decisión de las mayorías, y se hizo con el control del timón. Nos inspiró a reparar el barco, a tapar las grietas, a no permitir que los traidores siguieran picando el barco para acabar con todos. Repito, si se tratara de lógica, cualquiera pensaría que, si todos dependemos de ese único barco, lo cuidaríamos con la vida, pero los que siguen en la inercia de la depredación, no lo captan y son capaces de hacer hundir el barco, con tal de que el capitán quede mal.

Todo este cuento marinero es para ejemplificar la mezquindad de que en nuestro país, son capaces los conservadores y sus publicadores-difusores de noticias falsas.

 

 

Este martes 12, el presidente Andrés Manuel López Obrador se volvió a encontrar con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, para que ambos países y sus pueblos puedan trabajar armónicamente y con buenos resultados para ambos lados de la frontera; dada la carestía de combustibles en Estados Unidos, ofreció que desde la Refinería Deer Park se le pueda distribuir gas a los estados fronterizos, para la generación de energía eléctrica que requieren tres millones de personas.

Teniendo en cuenta la renovación del Tratado de Libre Comercio, ofreció la disminución/eliminación de aranceles en alimentos y algunos bienes, para beneficiar, nuevamente, a ambos pueblos. Con la misma idea, refrendó la idea del regionalismo económico, con el fin de proteger la inversión privada y pública, para la producción de bienes que fortalezcan nuestros mercados y, como quinto punto y más importante, se enfocó en el tema migratorio que ha sido el punto neurálgico de desacuerdos en el pasado.

Aquí, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo hincapié en la fuerza de trabajo que representan nuestros migrantes (México y Centroamérica), que requieren una visa de trabajo que asegure su estancia en la protección de sus derechos humanos. Y es que, cierto como lo es, nuestro país ha “exportado” millones de personas muy trabajadoras, de alta capacidad laboral, con mano de primera calidad: obreros, técnicos y profesionales talentosos que no van a robarle el puesto a nadie, sino a potenciar la economía norteamericana que carece de mano de obra.

Con respeto y dignidad, Andrés Manuel López Obrador señaló que se trata de una relación entre iguales; sin sometimientos ni hegemonías pero sobre todo, que requiere justicia, con lo que el presidente Joe Biden concordó.

Sin embargo, la mezquindad que es la esencia de los periodistas y politólogos que no soportan que el mandatario mexicano tenga éxitos donde sus “líderes” de otros tiempos, porque no pertenece a sus círculos de poder, ni ha robado o se ha dejado corromper como ellos; tampoco hizo promesas que olvidó en el camino ni pactó con grupos indecentes del crimen organizado o de cuello blanco, como hicieron los predecesores. Mucho menos se ha dejado mangonear por los presidentes de Estados Unidos y, en lugar de entender que nos merecemos esta nueva relación y, a pesar de que no compartan la ideología obradorista, la Patria está en proceso de reconstrucción para beneficio de todos, desde los más pobres, primero, y en consecuencia, todos los demás.

Tampoco festinaron la reunión que tuvo con empresarios de ambos países, para tratar temas de cooperación económica, inversión, soberanía y progreso con justicia.

Lo de la oposición, siempre será la carroña.

 

Twitter: @cevalloslaura

 

**Las columnas firmadas en este medio son responsabilidad de quienes las firman**