COLUMNISTAS

Remate de corcholatas: ¿quién da más?

 

Por José Ureña

Llegó el momento de la subasta. Cada corcholata se presenta como la favorita de López Obrador, dedo solitario en las falsas encuestas mil veces prometidas, y desde ahora quiere posicionarse. ¿Cómo?

Con la suma de las otras corcholatas. Porque los cálculos presidenciales no se engañan: aunque la corcholata favorita del de Tepetitán tenga la bendición divina y recorra el país en pos del voto, no tiene asegurada la victoria.

Piense usted en quien quiera y menciónelos según las especulaciones de los medios informativos: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal.

Todos necesitarán de todos y eso lo dijo clarito el Presidente el viernes pasado durante la reunión vespertina, cuando los arengó a la unidad y les informó su decisión de adelantar la postulación.

Nada nuevo para usted, pues aquí le anunciamos esta decisión el lunes 24 de enero en Postulación adelantada, ideada con el fin de llenar desde septiembre espacios como en los tiempos de Luis Echeverría y José López Portillo.

 

MONREAL CON ADÁN, EBRARD CON…

Pero el tema de esta columna es el mercado político.

Deben tener fundamentos, pues en diálogo con ellos especulan sobre cómo será el alineamiento cuando López Obrador pulse su dedo en favor de alguno de sus favoritos.

Aquí cambiamos el favoritismo: en primer lugar Adán Augusto López, gobernador con licencia de Tabasco y secretario de Gobernación, y en segundo Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno.

¿Cómo serían las alianzas?

Entre ellos ya colocan a Ricardo Monreal al lado de Adán Augusto López porque ha sido el único contacto del senador con el Gobierno cuando le cerraron las puertas de Palacio Nacional.

Ayer, en entrevista radiofónica, el zacatecano alimentó esta especie con una declaración:

“…para mí es como una especie de revelación porque es el hombre más cercano al Presidente y es quien ejecuta las decisiones del Presidente…”

La otra favorita, Claudia Sheinbaum, no estaría descobijada en este juego de poder: dan por descontada la adhesión de Marcelo Ebrard como coordinador de campaña.

 

MARCELO TRAE SU BASE Y SU JUEGO

Con todo, Marcelo Ebrard es un caso aparte.

Tiene una gran estructura en el país, y desde hace cinco meses ha exigido trato igualitario bajo la metáfora de piso parejo, sin recibir respuesta del administrador morenista y antiguo colaborador suyo Mario Delgado.

¿Traición de quien fue promovido inicialmente como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) pero superado en 2005 por un hombre de mayor personalidad, Miguel Ángel Mancera?

En aquella fecha Ebrard también pidió renuncia ya a cargos públicos, encuesta de una sola pregunta verificable estadísticamente, y por supuesto debate corcholatero para contrastar proyectos.

Al parecer con todo está de acuerdo el tabasqueño, pero como Delgado no estuvo el viernes pasado en Palacio Nacional, no ha acusado recibo e ignora las líneas presidenciales.

Otro dato: el titular del Poder Ejecutivo reserva algunas cuentas pendientes -la Línea 12 del Metro es una de ellas, sobre todo si es Claudia- utilizables en caso de rebelión, aunque en muchas encuestas aparezca adelante.