Los primos del norte
Por Herlindo Robles
Actualmente se han suscitado eventos noticiosos que alteran a los políticos conservadores de nuestro país. Acostumbrados a regalar lo que no es de ellos, sientes estupor ante el reclamo de trato digno e igualitario que de manera franca exige el presidente Andrés Manuel López Obrador con acciones como cerrar el hangar a un avión de la CIA, controlar el internamiento de policías estadounidenses, que a su decir, llegaban a dirigir operaciones policiales, como se filtró durante la captura de Guzmán Loera.
El peor insulto que los reaccionarios perciben que se hace a los vecinos del norte, es la valuación de nuestra moneda. Indignos se sienten que nuestro país pueda ser autosuficiente en energéticos, mientras aquel país cuenta con 130 refinerías, hipócritamente recriminan al gobierno mexicano por poner en funcionamiento 6 de ellas.
Definitivamente los conservadores tienen piel de suela de zapato y la dignidad de ellos se mide en el dinero que puedan obtener, pues de patriotismo y honestidad nada conocen, baste observar parásitos de la democracia como los “yunquetos Zavala” o Santiago Creel, la misma Vázquez Mota, que en su vida no han ganado una elección, solo permanecen en el “estanque” de las plurinominales ganadas con servilismo y traiciones internas en el partido que Jalife califica como “narconal”, por sus bastas conexiones con esas organizaciones.
Después del mensaje dirigido por el presidente López Obrador el pasado sábado, el gobierno del norte, envió de inmediato una comisión de legisladores y representantes de los partidos Demócrata y Republicano, pues en su historia reciente no ha existido presidente latinoamericano que les marque el alto de manera tajante, como lo hizo nuestro presidente. La política exterior de México, ha sido manejada con la frente en alto, reconociendo la cooperación y rechazando el intervencionismo oligárquico en todas sus manifestaciones.
Las relaciones internacionales después de 1945, han sido tensas por la fatal doctrina Monroe, que establece la máxima: “América para los americanos”, lo que convierte para ellos, el resto de continente fuera de sus fronteras como un posesión intrínseca de su país, la cual se puede equiparar con un protectorado, en el que los temas de democracia, economía, comercio, educación, y en general cualquier disciplina debe de ser bien observada por sus organismo tales como la OEA, u otros de negro historial.
El problema es que el pueblo de aquel país esta cansado de la tensión de cada día, generada por la vida artificial proveniente de las drogas, que se fomentaron a partir de los años 60 y ha venido avanzando al grado de lo que se puede observar en la “ciudad de las drogas” de Filadelfia.
El presidente de México, observó que mientras Estados Unidos invierte alrededor de 350 millones de dólares en Ucrania, está abandonando su promesa de impulso en América Latina. Tal vez la estrategia geopolítica del gobierno de nuestros vecinos del norte sea para ellos correcta, sin embargo, desde México, la contemplamos incongruente o inentendible, pues al parecer los resultados de ella son más muerte y hambre para las mayorías del mundo, mientras la industria armamentista sigue en auge, aunado a el empobrecimiento al que se orilla a Ucrania, cuando tenga que pagar la “ayuda”, militar cuantificada en dólares americanos y con intereses.
Por ello el presidente, es insistente en llamar a ejercer una política humanista, poniendo al ser humano por delante de los intereses de otro tipo. Pues nos semejamos a la familia con primos ricos, que llegan a apoderase de los pocos bienes de los parientes pobres que somos toda América Latina. Bueno no todo, solo se quedaron con el 61% de México.
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