COLUMNISTAS

¡Malhechores felices con abrazos y besos!

 

Por Alberto Woolrich Ortíz

Hoy hablamos de la delincuencia, de los forajidos, de aquellos infractores de la ley penal, que sin escrúpulo alguno han venido afectando los sentimientos que en los mexicanos tienen las más profundas raíces y que constituyen lo que algunos catedráticos de nuestra alma mater, han dado en llamar “El sentido moral de la sociedad”.

Esos transgresores de la ley y agraviadores de la sociedad, si queremos sancionarlos, debemos exigirle a las autoridades correspondientes se aplique en contra de ellos el Código Penal, sin ningún sentimiento de piedad, caridad, generosidad, ya que los hechos delictivos que cometen resultan ser ilegales, inmorales y violatorios de los sentimiento altruistas de la sociedad.

Los hechos que perpetran siempre producen desgracias irreparables, arrojan a la víctima a sentimientos de injusticia. Como bien sabemos los abogados, el sentimiento de la justicia es de grado tan superior que abarca la integridad, la delicadeza y el respeto que se les debe a las víctimas, a los sufridos por aquellas conductas delictuosas cometidas por facinerosos del derecho.

Es fácil observar, que la parte pasiva de aquellas conductas, poseen un sentimiento de probidad del que carecen los delincuentes, ese sentimiento tiene mayor arraigo en la sociedad y sus raíces son mucho más profundas de los sujetos activos de los delitos.

Es evidente que el sentido moral contiene todos los matices del sentimiento de justicia. La delicadeza jurídica más exquisita le permite a los miembros de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C. rechazar las erróneas políticas de “abrazos y besos” que defiende la Cuarta Transformación de la nación.

Continuar con esa desventurada política es peligrosos para nuestro México, seguir por ese camino hace sumamente imposible el poder trazar una línea divisoria entre la probidad de la ley y la indignidad de la autoridad.

Si pensamos en la gran tolerancia que Andrés Manuel López Obrador tiene y sostiene con la delincuencia, sentimos tentación de dudar de la existencia misma del sentimiento de probidad en la manera de gobernar.

La deslealtad a nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe evitar la tolerancia a la delincuencia. No es caso menor ello.

 

Es cuanto.

 


 

Lic. Alberto Woolrich Ortíz

Presidente de la Academia de Derecho Penal

del Colegio de Abogados de México, A.C.