COLUMNISTAS

Política laboral y de seguridad social durante la 4T

Por Ignacio Nava Díaz

A mediados de diciembre de 2020 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación modificaciones a la Ley del Seguro Social y la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, cambios que entre otros aspectos incluyeron el incremento gradual de la aportación a la seguridad social que realizan los patrones hasta llegar al 11.87% en 2030, el incremento de la cuota que aporta el gobierno, el aumento de la pensión garantizada, y la disminución de las comisiones que cobran las administradoras de las Afores, lo anterior con la intención de mejorar la retribución económica que los trabajadores reciben al final de su vida laboral.

En enero de 2021 en el Diario Oficial de la Federación fue publicada la reforma al artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo en materia de Teletrabajo. Esta reforma, también conocida como “Ley Home Office”, entre otras adiciones incluyó, por ejemplo, la obligación de los patrones de garantizar a quien trabaja mediante esta modalidad el derecho a contrato colectivo, seguridad social, antigüedad, etcétera, también que el patrón asuma algunos costos como el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad, así como, respetar el derecho a la desconexión de las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo al término de la jornada laboral.

 

 

Por último, en días recientes en la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado de la República se aprobó la iniciativa para que los trabajadores puedan gozar 12 días de vacaciones después de su primer año de labores y llegar hasta 20 días de descanso una vez cumplidos 5 años de servicio. Como país, con esta propuesta que aún no se aprueba en el pleno del Senado, todavía estamos lejos de gozar de los 15 días que disfrutan los empleados en Chile o de las dos semanas que la ley otorga en Canadá, y aún más distantes los 35 días de descanso que en un año disfrutan los trabajadores en Austria o Portugal, sin embargo, el avance es significativo, y se manifiesta durante un gobierno al cual la oposición critica todo.

Si bien es cierto no todas las iniciativas han salido del grupo parlamentario de Morena, también es pertinente señalar que las reformas señaladas han contado con el apoyo de este grupo mayoritario, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, y del visto bueno del poder ejecutivo a través de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social.

Más allá de realizar un recuento de las modificaciones que incluye cada reforma en materia de trabajo y previsión social, lo importante es enunciar que son varías acciones y que poco a poco se está configurando un nuevo escenario laboral para la clase trabajadora, una mejora en el marco jurídico de las relaciones laborales y de la seguridad social que incrementa los beneficios al trabajador, y que era una deuda de justicia laboral, porque aspectos como el incremento a los días de vacaciones no se legislaban desde hace más de 40 años.

Ahora, si aún con la información anterior las críticas señalan la insuficiencia de las reformas o su inviabilidad, también la reflexión se debe de realizar a partir de algunas interrogaciones. ¿Por qué dichas modificaciones no se realizaron, por ejemplo, en la legislatura 58 de la Cámara de Diputados (2000-2003) cuando el Partido Acción Nacional tenía mayoría seguido del PRI, y también contaban con mayoría en el Senado? o, ¿Por qué no se generaron esas iniciativas en la legislatura 62, periodo 2012-2015, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto cuando tuvo mayoría el PRI seguido del PAN?

Los datos y la historia sirven para realizar análisis y con base en ello realizar las críticas.

 

 

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