López Obrador va por su resto: la GN al Ejército
Por José Ureña
Ya le rechazaron la Ley Eléctrica. Causó escándalo con la prolongación de la milicia en la seguridad pública hasta 2028, a la cual se prestó como amanuense la priista Yolanda de la Torre. Tiene encendida a la oposición con su propuesta de reforma electoral.
Priistas, panistas, perredistas, emecistas y aun morenistas debilitamiento de la democracia con un INE anémico, más tras la inminente salida de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Desde ahora lo advierten sin fuerza ni organización ni estructura si le quitan presupuesto o le imponen, vía Morena y apéndices, consejeros desde Palacio.
Esos dos propósitos más el pase definitivo de la Guardia Nacional a la Sedena dieron origen al firmado y traicionado bloque opositor y su moratoria constitucional.
Hoy, con la prolongación castrense en todo el territorio hasta 2028, esa alianza se ve fracturada y ahí nace esta primicia.
HUMILLACIÓN OPOSITORA
El Ejecutivo ha comenzado a pulsar un paso más. La apuesta del resto presidencial para demostrar su amplísimo y creciente poder: el traspaso definitivo de la GN al Ejército conforme la iniciativa radicada en la Cámara de Diputados.
La humillación total de la disidencia.
Son necesarios cambios de fondo en la Constitución, pero ya se negocian votos priistas en San Lázaro y en el Senado. Hay un artículo fundamental violado y objeto de este esfuerzo, el 21 de la Constitución:
En él se consagra a la seguridad pública como función de Federación, estados y municipios con policías “de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos”.
Pero también dispone: “Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.
¿Se cumple? Tampoco se cumple otro mandato: “…las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los fines de la seguridad pública…”.
Como se ve, se trata de dar validez constitucional a la realidad y consumar la militarización total.
ESA MOLESTA AUTONOMÍA
1.- Las provocaciones contra las universidades públicas se generalizan de manera peligrosa. En la Ciudad de México lo vemos en la UNAM y el IPN, bombas a las cuales deben hacer frente el rector Enrique Graue y el director Arturo Reyes.
Pero las acciones de desestabilización pasan por la Universidad de Guadalajara (UdG), Enrique Alfaro llevó a Raúl Padilla a acurrucarse en los brazos de Morena, arreglo negociado con el ex subsecretario Ricardo Peralta.
Problemas presupuestales, retrasos de salarios, insuficiencia de espacios y porrismo afrontan ahora mismo las universidades públicas de Zacatecas y San Luis Potosí.
¿A quién le molesta la autonomía universitaria?
Y 2.- El fin de semana pasado la agencia Quadratín de Francisco García Davish hizo reportajes loables: pasan los ciclones y llegan los operadores electorales del régimen… pero no llevan siquiera papelería para empadronar a damnificados.
O sea, son siervos de Morena pero del pueblo.
A esto se sumó ayer la bancada priista en San Lázaro, donde el coordinador Rubén Moreira y el diputado Guadalupe Fletes urgieron a atender a los afectados por Orlene.
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