COLUMNISTAS

Conveniente la reelección a la revocación y/o confirmación del mandato 

 

Por Carlos O. Silva Bandala

Cuatro han sido los propósitos del presidente AMLO para dejar precedente en su forma de ejercer el poder presidencial y en los cuatro no encontró las respuestas del todo favorablemente contundentes, que a decir verdad, también es cierto que en tres de ellas, la ciudadanía participante respaldo positivamente, ante una minoría pírrica que no estuvo de acuerdo.

La primera, la cancelación de la obra del nuevo aeropuerto de la CdMx, la segunda la consulta popular para llevar a juicio a los expresidentes, de Salinas de Gortari a Peña Nieto. La tercera la consulta se hizo con relación a la revocación o confirmación del mandato presidencial y la cuarta en la cámara de diputados del Congreso de la Unión con relación a su iniciativa presidencial para reformar la Constitución en materia eléctrica.

A las consultas populares se entiende de manera significativa como democracia participativa. En la cámara de diputados, como democracia representativa.

La quinta reforma, la hoy llamada Reforma Electoral, la pregunta está en el aire ¿Qué va a suceder? en el aire está, ya que es necesario mayoría calificada y Morena requiere sumar otros votos de otros partidos.

Podemos hacer y así lo han venido haciendo analistas políticos, muchas interpretaciones y análisis de las circunstancias anotadas, sin embargo, no es el propósito de este artículo, sino tomarlo como base de apoyo a lo que se intitula  “Preferible la reelección a la revocación o confirmación del mandato”.

Los gobernantes de México son quienes han ocupado la titularidad del poder ejecutivo federal del país y son a la vez, jefe de Estado y jefe de Gobierno.

En total desde la consumación de la independencia en 1821, nuestro país ha tenido: tres órganos colegiados depositarios del Poder Ejecutivo, a saber, la Regencia de 1821 y 1822, el Supremo Poder Ejecutivo de 1823/24 y el Triunvirato de 1829; dos emperadores, Maximiliano de Habsburgo y Agustín de Iturbide; 65 presidentes en 106 períodos de gobierno, 51 gobiernos fueron constitucionales, 33 fueron interinos, 6 vicepresidentes en ejercicio del cargo; 4 de facto, 6 provisionales y 6 sustitutos.

En estos 106 períodos de gobierno, varios representantes del Poder Ejecutivo Federal fueron reelectos, ya que las reelecciones estuvieron permitidas por todas las cartas magnas, hasta la reforma constitucional de 1933 que las prohibió definitivamente.

Doce gobernantes ocuparon la Presidencia de la República en más de una ocasión: Antonio López de Santa Anna, Porfirio Diaz, Valentín Gómez Farías, Benito Juárez, Anastasio Bustamante, Nicolás Bravo, José Joaquín de Herrera, Pedro María Anaya, Manuel de la Peña y Peña, Valentín Canalizo, Miguel Miramón y José Mariano Salas,  de ellos solo Antonio López de Santa Anna, Porfirio Diaz y Benito Juárez fueron reelectos en elecciones formales .

En la actualidad, si bien en la Constitución al Presidente de República y a los gobernadores no les está permitido ser reelectos, para el caso de los senadores y diputados federales, diputados locales y presidentes municipales si pueden ser reelectos; Los senadores por un período más, es decir, tienen la oportunidad de ser senadores al Congreso de la Unión hasta por 12 años. Lo mismo sucede para los diputados federales que pueden ser reelectos hasta en tres ocasiones más, es decir, también tienen la misma oportunidad de continuar como legisladores hasta por 12 años de manera consecutiva.

Tabú. – palabras que se evitan utilizar, porque socialmente están mal vistas, hacen referencia a realidades consideradas desagradables, vulgares, soeces o políticamente incorrectas en determinadas culturas.

No hablar, y no se diga, escribir sobre la posibilidad de la reelección presidencial se ha volvió un tabú, más en las cúpulas partidistas que en la sociedad. En estos tiempos y en virtud de que el poder presidencial en el territorio nacional en lo político y económico es prácticamente omnipresente, los partidos políticos opositores al régimen presidencial, estiman, que si el electorado califica bien el desempeño presidencial, cual es el caso del presidente AMLO, y tomando en cuenta el control del dinero público que tiene el presidente, y existiendo más de las dos terceras partes de gobiernos estatales morenistas, valoran muy riesgoso e inconveniente que opere constitucionalmente la reelección, pues se pesan y contrapesan a desventaja. Desde siempre, el poder presidencial, por el solo hecho de ser el Presidente la personalidad prominente del partido en el poder, abierta o subterfugio, hace que las elecciones sean inequitativas, se estiman que operan de manera desigual en lo competitivo; que sin embargo, hoy son hechos que los partidos políticos opositores, por sí mismos han hecho que estas circunstancias se interpreten desiguales, al hacerse cada vez más pequeños.

Ahora bien, la Constitución establece que, al término del tercer año de gobierno, si los ciudadanos lo solicitan en un mínimo del 3% del padrón electoral que debe llevarse a cabo una consulta popular para revocar el mandato por pérdida de la confianza o que siga hasta el término de su mandato en la presidencia de la República, ésta consulta debe hacerse en los primeros tres meses posteriores a los 3 años de gobierno. La consulta popular para revocar o confirmar el mandato del Presidente AMLO se llevó a cabo el 10 de abril del 2021, tres meses y diez días del cuarto año del ejercicio presidencial dado que al ser un ejercicio de democracia participativa, solicitada de manera ciudadana, no partidista, los partidos políticos están impedidos para hacer campaña a favor o en contra.

Conforme a la Constitución de 1824, el presidente duraba en su encargo 4 años, en 1830 siendo senador Guadalupe Victoria, promovió la reforma para que el período se ampliase a 6 años. Posteriormente en 1836 las llamadas 7 Leyes Constitucionales cambiaron el período constitucional a 8 años.

Con la Constitución de 1857 se volvió al período de 4 años que permitía extender la reelección indefinida. El 24 de enero de 1928 fue publicada la reforma que determinó definitivamente el período de 6 años para presidente de la República.

Como podemos apreciar, la duración del período presidencial ha variado de 4 a 8 años el período de 4 años estuvo intermitente, es decir, que se interrumpía y continuaba cada cierto tiempo.

En lo que corresponde a la reelección, el 29 de abril de 1933, el Artículo 83 fue reformado nuevamente, para establecer el principio de no reelección absoluta para el presidente de la República.

Las reformas constitucionales han sido motivadas por el abuso de quien detenta el Poder Ejecutivo, la Constitución de 1824 fue producto contra Iturbide, la Constitución de 1857 se elaboró contra la dictadura de Santa Anna y la vigente fue reacción contra Porfirio Diaz y Victoriano Huerta. En las actuales circunstancias, las razones y motivos para promover reformar la Constitución, no corresponden a esos motivos de abuso del poder.

Desde 1933 hasta 2014 se reguló la no reelección inmediata para los miembros del Poder Legislativo. La reforma política electoral del 2014 introdujo la reelección tanto a nivel federal para legisladores como a nivel local para legisladores y municipales. El sufragio efectivo no reelección quedó para la historia.

Las reelecciones en México fueron y son ahora una realidad inocultable. Entonces, se vuelve ocioso acallar las voces que replantean la posibilidad de la reelección presidencial y de los gobernadores.

Subrayo, la revocación o confirmación del mandato se lleva a cabo en los 3 primeros meses siguientes al término del tercer año de gestión presidencial. Por lo que vimos y sucedió con esa icónica disposición constitucional, fue que se llevó a cabo en los primeros 15 días del cuarto año de gobierno del Presidente AMLO. Como se ha anotado, los partidos políticos están impedidos para participar en ese ejercicio ciudadano, no partidista… Si hubiese una reforma constitucional para regresar a 4 años con reelección por una única vez, los partidos políticos tendrían la oportunidad de participar en todo y por todo en el proceso electoral precisamente en el cuarto año y estarían en las mismas circunstancias y oportunidades de participar para relevar o confirmar vía la reelección al presidente en funciones. Como está ahora la Constitución, están fuera de cancha.

Confirmar el mandato es una reelección disfrazada la revocación solo opera en casos extremos de pérdida de confianza, y para ello, el país debería estar en ingobernabilidad o de manifiesta demencia del titular del Poder Ejecutivo, o traición a la patria.

En las actuales condiciones del mapeo del poder político, tanto PAN/PRI/PRD/MC, no les alcanza su bajo perfil de liderazgo para ganar la elección presidencial en el 2024 y desbarrancar a Morena y aliados no podrán volver a elecciones presidenciales hasta después de 6 años, en el 2030, ese es el meollo.

En el escenario político nacional, el Presidente de la República AMLO/ Morena, es de hecho un período presidencial hegemónico. La Presidencia de la República más de las dos terceras partes de gobiernos estatales morenistas y con amplias posibilidades de sumar el Estado de México, AMLO/ Morena representan un posicionamiento de poder político gobernante arrollador al 2024.

 

ARITMÉTICA POLÍTICA Y ACUERDOS:

En la aritmética de la política electoral, lo que aún representa el PRI en el rol del equilibrio del poder político, donde los diputados federales y senadores actuales han desperdiciado su valiosísimo número camaral en ambas, respaldando a Alexandro Moreno “ Alito”, presidente del CEN del PRI, dirigente burdo, inepto y turbio, “ no pasará”, haciendo mancuerna con la reacción panista, han dejado al descubierto su precaria experiencia en la diplomacia y visión política de la concerta- cesion, ésta en cuyas negociaciones se lleva a cabo el objetivo de lograr acuerdos que sean de interés para la nación. Parafraseando al senador Osorio Chong, Alejandro Moreno no es dueño del partido y el dicente agrega, mucho menos de la responsabilidad y conciencia de los senadores y diputados, hoy frente a la historia.

Los acuerdos políticos son indispensables en las gobernanzas y en la gobernabilidad, más aún cuando se trata de temas que deben quedar firmes en la Constitución, pero más todavía cuando se es requerida la mayoría calificada (dos terceras partes) para su modificación y aprobación correspondiente.

Al Presidente de la República, López Obrador le está faltando un espacio de más tiempo al de su mandato de 6 años para hacer realidad, integralmente, sus obras emblemáticas que están en proceso y consolidar a lo más su proyecto de nación… Un numeroso estrato social determinado puede estar en sintonía para que el presidente termine su mandato en el 2024, aún a sabiendas de que el partido Morena y sus candidatos, al final serán los más triunfadores, empezando por la

residencia de la República a contrario sensu, mucho más mexicanos estarían de acuerdo en que el presidente AMLO continúe por un tiempo más.

Como se documenta, la historia de los gobiernos nacionales en nuestro país ha sido de 4, 6 y 8 años y fueron en varias ocasiones períodos de reelección constitucional… En la aritmética de la política, al PRI bien le haría promover la reelección del Presidente de la República, de los órganos legislativos del Congreso de la Unión y de los gobernadores, pasando de 6 años a 4 años el período de representación popular de esas instancias, con posibilidades de reelección por una única vez para los mencionados poderes republicanos, empezando a partir del 2024.

La política se sustenta en el pragmatismo, más no en la ilusión si el 2024 fuese para una elección de Presidente de la República por 4 años y uno más de posibilidades de reelección, los partidos políticos opositores al régimen, tendrían la oportunidad de regresar a las elecciones presidenciales en el 2028 y no hasta el 2030, ese es el meollo.

Ningún Presidente de la República podría ser electo por más de una vez.

Si comparamos las fechas 2024, 2028, 2030, en la diplomacia política la concerta-cesión se vuelve regla de oro para la sobrevivencia del poder político, particularmente del PRI mucho lograría este instituto político con una posible alianza con Morena y concertar espacios de poder político, de vital sobrevivencia a su futuro inmediato y no seguir dilapidando la suma de sus votos (valiosísimos) en alianzas antihistóricas, anti-retóricas, que parafraseando a Roberto Madrazo, dándole la razón, muchos priístas ahora están en Morena, porque la declaración de principios del PRI y de Morena son casi iguales.

En la aritmética de la política ¿Qué conviene más, ir a la elección/ reelección en el 2028 o a la elección hasta el 2030?… Dos años de diferencia fuera del poder presidencial pesan mucho, cuando el poder político y las finanzas publicas están fuera de su control por eso se afirma que la política es pragmática y no ilusa.

Es una ilusión del PRI/PAN/PRD/MC pregonar que en el 2024 ganarán las elecciones presidenciales y la composición mayoritaria del Congreso de la Unión ¿Con qué?, ¿Qué líder carismático aportarán?, ¿Con cuántos gobiernos estatales cuentan?, ¿Con cuántos recursos materiales, humanos y financieros para contrapesar? Bien dicen que soñar no cuesta.

Ahora bien ¿Es viable la modificación constitucional para una elección de Presidente de la República por dos años? Sí es posible; en otras palabras, que el presidente AMLO tuviere la oportunidad de ser reelecto por dos años y así llegar a las elecciones en el 2026 de 4 años con posibilidades de reelección por única vez de 4 años más.

Algunos diránque ocurrencia que hubiese una elección/ reelección por dos años para que el Presidente pudiera cumplimentar los 8 años anotados ¿acaso no ha habido elecciones para gobernador de dos años? Ahí está Veracruz donde Miguel Ángel Yunes fue electo por dos años.

Muchos otros argumentarán ¿Y el costo financiero en elecciones tan seguidas 2024 y 2026? Si se canceló la obra del nuevo aeropuerto de la CdMx y no pasó nada, esto es peccata minuta, los partidos políticos PAN/PRI/PRD/MC, harían bien en valorar y sopesar el costo beneficio de competir en procesos electorales menos largos, se darán cuenta que el pragmatismo en la lógica de la política es real, lo demás, sueños e ilusiones.

El PRI, en la coalición Va Por México para el 2024 será llanto y ruego, pero en coalición y alianza con Morena, puede ser Eureka… Mañana cempasúchil.

La oportunidad del PRI (diputados y senadores) para hacer transcender a este Instituto y sobrevivir, es aliarse con Morena y es ahora de no hacerlo el PRI solo quedará como anécdota para la historia, al haberse extraviado en su ruta ideológica en componendas antihistórica.

 

 

Correo: flormarcc2@gmail.com

 

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