COLUMNISTAS

Calumnia, que algo queda

 

 

Por Laura Cevallos 

En la publicación de la UNESCO, en 2019, de los Cuadernos de Discusión e Información sobre Redes Sociales y Elecciones, Andrew Puddephatt, hace un balance entre las nuevas tecnologías de la información y comunicación, por un lado y la forma en que inciden en la protección y promoción de los derechos humanos; la toma de decisiones, la elaboración de políticas públicas, el desarrollo de las democracias y el mundo de las libertades (de prensa, de expresión, de la protección de la intimidad y datos personales, por ejemplo), del otro lado. A la ya de por sí complicada “relación” para encontrar ese equilibrio, se debe sumar uno de los elementos más complicados de la política: los bulos o noticias falsas, que en estos tiempos modernos llamamos fake news.

 

Mentir siempre ha estado de moda; difundir calumnias contra los opositores y llenarlos de epítetos deleznables para que los peores defectos de quien los profiere, queden sepultados discretamente bajo un alud de descalificaciones que no son creíbles, ni de lejos. También nos hemos enterado cómo, desde tiempos inmemorables, se ha malversado la realidad para conseguir el poder y los métodos para lograrlo, incluye un repertorio que ahora se repite. Tal como aseguró Joseph Goebbels, contar una mentira no la hace verdadera para todos, aunque para los que la repiten, sí.

Aunque para las siguientes elecciones falta casi año y medio y los suspirantes no son ni pueden ser legalmente llamados candidatos, es curioso que los suspirantes de morena, son amenazados con perder el modo honesto de vivir que les permita incluso contender en la siguiente elección si es que reinciden en acudir a congresos, reuniones o mítines -que desde luego, son multitudinarios- del partido más grande de México y, probablemente del mundo, tras la afiliación masiva de más de dos y medio millones de militantes; amago emitido por la Corte, respaldando la advertencia de la propia autoridad electoral. Además, como no se tolera que los suspirantes a contender para las dos gubernaturas de 2023 en Estado de México y Coahuila, y para la presidencial de 2024 puedan aparecer en actos masivos como mítines, aun y cuando en ningún momento de la reunión se mencione la palabra “candidato/candidata”, tal pareciera que las reuniones sean virtuales, clandestinas o no se realicen, como para darle a los partidos opositores -juntos o en modo alebrije-, la misma oportunidad de no informar a la gente sobre temas generales que sirvan para cumplir uno de los fines que tienen los partidos políticos, y que es, precisamente, la educación cívico-política de los ciudadanos.

 

Ahora se trata de descalificar a la maestra Delfina que resultó triunfadora de la encuesta que se hizo entre militantes de morena en el Estado de México para empezar a trabajar internamente como coordinadora de los comités de defensa de la 4T en la entidad, y los que ven perdido el último bastión priísta, desde ya, aprovechan a sacar del baúl -para malinterpretar-, la sentencia en que el Tribunal Electoral sancionó (por una denuncia del PAN, en 2017 y resuelta hasta 2021), al partido por no haber informado debidamente el destino de las aportaciones de los trabajadores del municipio de Texcoco y sentenció: Después de un extenso trámite dentro del procedimiento sancionador, el tres de septiembre de 2021 el Consejo General del INE resolvió (INE/CG1499/2021) que se acreditó una infracción en materia de fiscalización por parte de Morena, por lo que le impuso una sanción de 4 millones 529 mil pesos; no obstante, consideró que no se acreditó un beneficio concreto y directo a favor de la campaña electoral para diputada de la ciudadana Delfina Gómez Álvarez. 

La intensidad de los ataques contra la Maestra Delfina sólo se equipara a la desesperación de saber que, si en 2017 fue capaz de quebrantar al grupo Atlacomulco, indudablemente en 2023 obtendrá la joya de la corona (la que les quedó después de tostonear el reino entero) y por ende, las posibilidades de que el PRI siga teniendo la presencia que inexplicablemente conserva, tras los desastrosos resultados de 2021. Día y noche se han dedicado a lanzar  Tweets  y publicaciones en Facebook, que la denuesten y posicionarla en la idea de la población, como una persona deshonesta, según interpretan de la sentencia del Tribunal.

En el cuaderno de la UNESCO mencionado, se enfatiza en la ética (decencia, para los que no imaginan qué es) que deben tener la autoridad electoral, los medios de comunicación y, definitivamente, los contendientes en las elecciones, para llevara a cabo un ejercicio donde lo más importante es la voluntad de la ciudadanía para apoyar un proyecto o candidato y que el ejercicio esté libre de violencia, entendiendo que la libertad de expresión no es sinónimo del uso desmedido de insultos y mentiras para producir en los votantes la sensación de que “todos son iguales” y que mejor “viejo conocido”. Los medios virtuales merecen ser tomados con responsabilidad para difundir ideas, para compartir conocimiento y, si es posible, ayudar a otros a adentrarse en una civilidad responsable para construir un país libre y soberano de a de veras.

Este periodo que viene, aunque todavía le falta un rato para que inicie, va a cargarse de cada vez más calumnias, insidias, persecuciones nefastas a familiares; bajezas e insultos y nuestra forma de afrontar y responder a esas prácticas comunes de quien no tiene la razón pero quiere retomara el poder para conservar sus privilegios justificado en su antigüedad y arraigo como partidos políticos, pero sobre todo, entender que lo que se dice para defender a una de las “corcholatas”, no puede manchar a las demás. Que la verdad no requiere de respuestas en idéntico nivel de descalificaciones y que siempre, bajo cualquier circunstancia, el respeto debe ser nuestra tarjeta de presentación.

 

 

Twitter: @cevalloslaura

 

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