COLUMNISTAS

Aprendices de golpistas en Veracruz

 

Por Ángel Álvaro Peña

El Presidente empieza a dar muestras de que se cansó de arreglar lo que sucede en Veracruz en cada gira por el estado, así lo mostró cuando una reportera preguntó en una conferencia matutina sobre el roce entre el secretario de gobierno y el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien acompañó al Presidente en esa gira. La manera en que dio la palabra al gobernador mostró cierto fastidio por una serie de conflictos que surgen en Xalapa, pero repercuten en todo el estado.

La pregunta que realizó la reportera de Noticias Siglo XXI parecía provenir de la oficina de Eric Cisneros, porque pregunta la opinión del presidente respecto a que el secretario de gobierno llamó mequetrefe a Gutiérrez Luna, enrareciendo el clima de enfrentamiento interno en el gobierno de Veracruz, incluso la reportera hizo énfasis en que llama la atención que sea del mismo partido.

La verdad es que hay un punto negro donde supura la podredumbre la mala política en Veracruz. Su punto es Xalapa, ahí donde el gobernador con todo y su humilde honestidad sólo ve pasar los problemas que se crean en el centro de su propia administración, ahí es donde el Presidente puso ya atención.

En realidad, debió llamar la atención que se creaba un cuerpo extraño al interior del gobierno del estado, una especie de cáncer cuyo tumor creció tanto que ya nadie pudo ocultarlo. Es un juego perverso donde parecieran pasarse el balón de los conflictos unos personajes que miden fuerzas, se hacen socios, se pelean, se vuelven cómplices, y se pelean entre ellos.

Ahí están el secretario de gobierno y la presidenta del Congreso local, dirigiendo sus ataques al gobernador para descarrilar su administración e imponer sus caprichos, respectivamente. A pesar de que el gobierno camina, hay honradez reconocida por el propio Presidente de la República, hay gestos que muestran que las cosas cambian en Veracruz.

El secretario de gobierno juega en dos vertientes, quiere tumbar al gobernador para llegar como interino y, al mismo tiempo, le allana el camino a su amiga Rocío Nahle que ni siquiera advierte la perversidad de los serviles ni la intensidad de los preparativos para su supuesta llegada.

No fue gratuito el acompañamiento sorpresivo de Gutiérrez Luna en la gira por Veracruz, sobre todo después de un evento tan significativo como la votación de la reforma eléctrica, en la Cámara de Diputados, donde tuvo que lidiar con una oposición desarticulada pero feroz, inconsistente, pero provocadora. Hay quienes aseguran que será el próximo candidato de Morena a la gubernatura, dejando de lado a varios que mostraban mucho entusiasmo, entre ellos los desesperados y conflictivos malagradecidos.

Lo cierto es que el secretario de gobierno y la presidenta de los diputados locales, triangulan con la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, que encabeza Elio Hernández Gutiérrez, con su subsecretario consentido Fernando Elías Guevara, y está también la mano de la porpia Cecilia Guevara Guembe, quien con esa estrategia busca encontrar aliados en el norte de la entidad, hay que aseguran ellos que el sur lo tienen dominado, por ser lugar de nacimiento e influencia de Eric Cisneros.

Es verdad que el gobernador se ha mantenido firme en sus convicciones como asegura el Presidente, pero también que tanta honradez molesta gente de su propio equipo que llega a sus posiciones actuales por caminos no muy claros. Mucha honestidad cerca les hace daño a los corruptos. Ahí está la combinación de intereses que pudo haber creado problemas artificiales hasta que se vuelven reales.

Estos nocivos elementos creen que el Presidente no sabe lo que sucede, y además las causas y los objetivos. Si el Presidente tiene ojos en un estado es en Veracruz, donde cada vez que puede regresa, porque sabe que buena parte del futuro del futuro del país depende de los veracruzanos, pero no de los conflictivos con intereses personales sobre los de la población, a los que debe extirpar una vez que se han localizado con precisión, como verdaderos tumores en una administración que puede ser mejor sin ellos y avanzar más rápido sin ese lastre.

La carambola de tres bandas que trataron de descarrilar la administración del gobierno veracruzano solo son evidentes sino deben erradicarse como una enfermedad que impide que haya una buena salud económica, política y social.

El poder tras el trono es muchas veces la elaboración de una deslealtad desde seno del poder. Esto es común y tiene ejemplos hasta en la literatura y la dramaturgia, como es el caso de Hamlet. Ejemplos hay muchos en la historia y es donde debe centrarse la atención para que Veracruz deje de tener problemas creados y se concentre en los resales que no son pocos.

Entre las provocaciones y las trampas de los saboteadores encuentran ellos su propia caída porque al querer atacar discretamente al alguien equivocan la puntería y se pegan ellos mismos. Se saben enemigos y acumulan rencores aun entre quienes dicen ser del mismo equipo. Así son los golpistas que actúan por venganza o intereses propios, sólo muestran su interés descarnado por la derrota del otro, aunque su victoria sólo sea esa.

El Presidente necesita un Veracruz sin estorbos, tiene muchos planes para el estado como para mantener vivos a los parásitos que quieren derrocar lo que hay para imponer sus métodos corruptos.

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