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Chapulines

Ante la probable Reforma Electoral que será discutida en el Congreso por la próxima legislatura, surgen muchas dudas de que MORENA tome ventajas para tomar control político del país, ahora que tiene mayoría a través de sus aliados el Partido del Trabajo y el Partido Verde y podrá hacer las reformas constitucionales que le consoliden en el poder por un largo tiempo.

Los partidos que corren más riesgo son precisamente los aliados de MORENA, pues cuando el partido en el poder con sus votos logre su cometido, seguramente ya no necesitará de ellos y su actitud será muy diferente.

Para lograr alianzas, en política se acostumbra a sumar durante las campañas y restar cuando se consigue el poder.

Por ello es posible que si MORENA y sus aliados logran imponer la reforma electoral, al final del proceso con actitud mezquina se les escatimen posiciones en el Congreso, debilitándolos y convirtiéndolos en sus subordinados.

Sin embargo, una de las prácticas más peligrosas y antidemocráticas es precisamente los “chapulines”.

Los legisladores chapulines representan una práctica antidemocrática porque el legislador que gana una elección y por sus intereses personales cambia de partido representa un despojo en contra del electorado que le dio el triunfo.

El electorado decide a quien dar su voto a partir de lo que los candidatos prometen y se comprometen a hacer en favor de sus electores. Sin embargo, la credibilidad de lo que prometen va respaldada por la imagen del partido en que milita el candidato y la percepción ideológica que proyecta… las tres condicionantes, candidato, partido e ideología convertidas en un “todo”.

Por ello, que un candidato que ganó una curul al llegar a la Cámara de Diputados o a la Cámara de Senadores cambie de partido y se subordine a otro partido que le ofrece algún beneficio termina traicionando a su electorado pues recibe la encomienda que éste le dio.

Por ejemplo, un diputado que compitió por MC, o por el PAN o el PRI, -comprometiéndose con la agenda de ese partido-, generó una expectativa ideológica con el elector afín a su ideología.

Ahora imaginemos que este legislador opositor recibe un oferta de MORENA o sus u se cambia de partido.  Esto representa una traición a la promesa que guio la decisión del elector.

Por tanto, debe regularse la permanencia de un candidato ganador en el partido que lo postuló y con el cual ganó la elección y si al final de la encomienda legislativa desea cambiar de partido, pueda hacerlo. Mientras tanto, el legislador debe defender los postulados y la política con la cual realizó campaña.

¿A usted qué le parece?