COLUMNISTAS

Peña Nieto y su aeropuerto opaco

ALMA GRANDE

Por Ángel  Álvaro Peña

La complicidad disfrazada de amistad entre Gerardo Ruiz Esparza y Enrique Peña Nieto inició desde hace varios años, iniciando el siglo. Cuando el ex secretario de Comunicaciones y Transportes era Director Jurídico de la CFE y Peña Nieto secretario de Finanzas, luego, una vez como gobernador del Edomex, lo nombró secretario de Comunicaciones.

El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), era parte de esa sociedad que prometía ganancias multimillonarias, porque una vez que llegó a la Presidencia de la República nombró a su amigo secretario de Comunicaciones y Transportes. Ya conocían el caminito del dinero.

Cuando llega Peña Nieto a la Presidencia ya se había creado una red de vínculos con todo lo relativo a la construcción de obras a lo largo y ancho del mundo, de tal suerte que contactos sobraban y el proyecto del aeropuerto de Texcoco era la mejor oportunidad de fortalecer la fortuna de ambos.

Enrique Peña Nieto vuelve al escenario de la farándula a través del documental que produce el centro de Estudios Espinosa Yglesias sobre el NAIM, cancelado durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, llamado «NAIM un aeropuerto para el siglo XXI», donde es entrevistado asegurando que “No ha quedado probado ni evidenciado un mal manejo”. Difícilmente puede haber mal manejo de una obra que no se hizo, pero se encaminaba a convertirse en uno de los grandes negocios a partir del mantenimiento que debería aplicárseles por lo menos cada tres meses, que en un año duplicaría el costo del total de la construcción.

En realidad un documento fílmico de esta índole se antoja no sólo ocioso políticamente hablando sino provocador, que podría tener tanto implicaciones contra la imagen de Peña Nieto y su gabinete, como contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a quien la oposición no puede olvidar y lo tienen muy presente, como si con ello debilitaran la figura de la Presidenta.

El material recoge voces de ex funcionarios y actores políticos y empresariales involucrados en la construcción del NAIM como la de Aurelio Nuño, exjefe de la Oficina de Presidencia; Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y Javier Jiménez Espriú, ex titular de la SCT, entre otros.

El proyecto de NAIM estuvo a cargo del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México,  que depende la comunicaciones y Transportes, por lo general encabezado por miembros de la Marina, o especialistas en esta materia relacionados con la Sedena.  Aunque la participación de miembros del ejército en el aeropuerto de Texcoco fue más actica muy dinámica de lo que quiere reconocerse públicamente. Servían de intermediarios en algunas compras sobre todo en mediciones, límites, cercas, alambradas, iluminación, entre otras actividades.

López Obrador decidió construir el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en la base aérea de Santa Lucía, el Ejército diseñó, construyó y supervisó la obra. De hecho, parte del material del aeropuerto cancelado en Texcoco fue reutilizado por el Ejército en Santa Lucía para reducir costos.

El  NAICM, fue un proyecto designado para la construcción de un aeropuerto civil en el área de la Zona Federal del Lago de Texcoco, a 15 km del centro de la Ciudad de México. La selección del sitio se llevó a cabo supuestamente con base en estudios técnicos y de factibilidad realizados, entre otros, por la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Arup, la corporación MITRE, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ante las dificultades de expandir el AICM para satisfacer la demanda, en la década de 1990, el gobierno federal empezó a estudiar la construcción de un nuevo aeropuerto en el valle de México. Estudios señalaron dos sitios viables: Zapotlán de Juárez, en el estado de Hidalgo y la Zona Federal del ex vaso de Texcoco, en el Estado de México. En 2001, durante el mandato de Vicente Fox, el gobierno seleccionó el sitio de Texcoco para la construcción del aeropuerto.

Tal proyecto se canceló en 2002, debido a inconformidades con ejidatarios de San Salvador Atenco, en el Estado de México, que rechazaron un decreto expropiatorio por el valor registrado ante catastro por sus tierras y a la muerte de un opositor al proyecto debido a golpes recibidos durante un enfrentamiento con la Policía Federal Preventiva.

El 22 octubre de 2001 el gobierno de Vicente Fox, en ese año Peña nieto fungía como secretario de Finanzas del gobierno del estado de México, que encabezaba, Arturo Montiel Rojas. Así Fox emitió diecinueve decretos expropiatorios con la finalidad de llevar a cabo el proyecto más ambicioso de su sexenio, construir un nuevo aeropuerto en la zona de Texcoco.

Su administración ofreció siete pesos por cada metro cuadrado de tierra, en terrenos agrícolas. El proyecto fue rechazado de inmediato por los habitantes de Tocuila, Nexquipayac, Santa Cruz de Abajo, San Felipe y San Salvador Atenco y comenzaron a organizar la resistencia al aeropuerto, la cual tuvo dos frentes de actuación, tanto la vía legal como la movilización social.

Posteriormente, el 3 mayo de 2006, durante el gobierno estatal de Enrique Peña Nieto, ocurrió un evento que se caracterizó por el uso de la violencia extrema, tortura y criminalización de la defensa de los habitantes del pueblo por parte del Estado, que inició cuando elementos de la policía municipal impidieron a un grupo de comerciantes vender flores en el mercado de Texcoco.

Durante los nueve meses la inconformidad se expresó mediante numerosas formas de lucha, tales como marchas, asambleas, bloqueos carreteros, barricadas, guardias, entre otros. Debido a estas acciones, en agosto de 2002 el gobierno federal echó para atrás el proyecto, sin embargo, la protesta y la lucha del pueblo organizado de Atenco ya estaba afianzada y protagoniza movimientos de defensa de la tierra hasta la fecha.

Las empresas encargadas de los estudios dieron el visto bueno a ese aeropuerto sin considerar que dicha área es susceptible a hundimientos causados por la sobreexplotación de acuíferos para proveer agua a la población. Los terrenos en la región son susceptibles de inundación por hundimientos que, a largo plazo, generan problemas de mantenimiento en pistas e instalaciones. Se encuentra en la zona casos con tasas de hundimiento de 30 cm/año, mientras que el NAICM se encontraría sobre terrenos con tasas de hundimiento cercanas a 15 cm/año, por lo menos. Aunque iba a construir el aeropuerto en una especie de balsa en los cimientos, el hundimiento era inevitable y de mayor extensión, situación que nunca terminaría de estabilizarse al 100 por ciento, colocando en grave peligro a los usuarios.

El costo de mantenimiento por pista,  en un periodo de 5 años, se construirían seis pistas en el primer proyecto, para el nuevo aeropuerto se estima en un máximo de 350 millones de pesos mexicanos, cálculo que nunca se supo quién lo realizó, porque cálculos posteriores dieron cifras muy diferentes.

El gobierno de México anunció la suspensión de las obras el jueves 3 de enero de 2019 a favor de construir el Parque ecológico Lago de Texcoco y un nuevo aeropuerto internacional en una base aérea: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.​

Aquí no se trata de inocencia o culpabilidad sino del desprecio con el que siempre se vio a los campesinos, a los pueblos originarios y a las personas que no formaban parte del exclusivo grupo de gobernantes y empresarios que gobernaban el país a su antojo.

PEGA Y CORRE.- El titubeo y la improvisación sigue marcando el periodo de gobierno de Trump, ahora resulta que el senado de Estados Unidos, sólo plantea impuesto del 1 por ciento las remesas, es decir, a los envíos físicos de dinero…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.