COLUMNISTAS

Coronación de Donald Primero y los medios

Ante la necesidad de ocultar las protestas contra la toma de posesión de Donald Trump la prensa mexicana se volvió frívola y prefirió referirse al vestuario de la esposa del recién ungido antes que cabecear la información como lo hicieron en la toma de posesión de Nicolás Maduro, cuando no dejaban de lado las protestas en las calles por la ceremonia de inauguración del reinado.
En la geografía mundial actual no hay país pequeño ni más grande que otro, a menos que quieran volver a los años 50s cuando la guerra fría imponía criterios basados en triunfos militares. Cuando sólo había derrotados y vencedores.
Con esa visión se han quedado algunos redactores que ven todavía como potencias e imperios gobiernos decadentes que se desvanecen ante el avance de otras naciones y consideran que el imperio romano sólo cambia de ubicación en la geografía mundial.
Mientras los responsables de reflejar la realidad vean con ojos del pasado la verdad actual, se estará impidiendo la libertad de expresión. En México es común ver el presente con elementos del pasado.
Pareciera como si los encargados de narrar los hechos se prohibieran a sí mismos reconocer lo que ven con sus propios ojos. No sólo tergiversan y manipulan sin que mientan mostrando una falta total de adaptación a la realidad presente. Los medios ni siquiera advierten que sus trabajadores hablan e interpretan el presente con conceptos del pasado.
Los reporteros en México, no están preparados para realizar su trabajo en una buena cantidad, sobre todo en los medios convencionales, cuyas direcciones dictaban consignas en lugar de órdenes de trabajo y la realidad estaba acompañada de una opción, en la mayoría de los casos antipopular, para dar a conocer un país que no existía y nunca ha existido.
Los medios mexicanos hicieron de la unción de Trump una coronación, pero no contentos con ello, ponderaron su persona como si no se tratara de un acosador sexual, un delincuente común, un demagogo y un vividor de la política a costa de los inmigrantes.
Hubo algunos que, en su devoción por el nuevo vecino país se atrevieron a decir que Trump tendría una mayoría de senadores muy similar a la de Morena en 2018, cuando no es así. En ese año se eligieron 69 de 128 senadores para Morena y sus aliados; en estas elecciones de estados Unidos, el partido republicano obtuvo 53 de 100 senadores en total, las proporciones no tienen paralelo, pero siguen viendo a Estados Unidos como el gran imperio, sin importar que mostrar su ignorancia y servilismo los descalifica.
Algunos medios hablaron de voluntad popular como expresión electoral, cuando en Estados Unidos, es el colegio electoral el que define el valor de cada estado, incuso puede darse el caso de que en lo individual haya más votos para el perdedor, pero como los estados que tienen más peso, definen la jornada, podría darse el caso de que gane el que menos votos de los estadounidenses obtenga.
Esto no puede dejar tranquilo a nadie, en el vecino país, pero en algunos medios de México se asegura que los resultados electorales del vecino país dejan a todo satisfechos y sin dudas sobre la victoria en las urnas, consideran que en ese país la democracia tiene un ejemplo a seguir.
La distancia que los estadunidenses toma respecto a las urnas eleva progresivamente los niveles de abstencionismo. Los comicios que elevaron a Trump a su reelección no llegaron el 63 por ciento, pero sólo los tontos pueden concursar sabiendo que su voto puede ser prácticamente anulado en los estados de menos peso electoral.
Seguramente admiran la estructura electoral de Estados Unidos porque no la conocen, pero es necesario que los medios empiecen a realizar su tarea luego de haberse pasado toda su vida mintiendo y especulando y una muestra clara de ello es la manera en que presentan la toma de posesión de Donald Trump que no sólo manipula sino que desinforma porque está basada en la adoración de una idea pero no en el reflejo de la realidad.
Hay varios medios que se niegan a desaparecer, la realidad es que cerrar sus oficinas sería de gran beneficio al país y a nuestra democracia.
Por su parte, el electorado estadounidense muestra que para ellos todo tiempo pasado fue mejor, no son conscientes de que el imperio se asentó en el gobierno y no en la población.