Se desataron las renuncias
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“La ingratitud es el crimen más grande que pueden los hombres
atreverse a cometer.” – Simón Bolivar.
Vaya jueves 28 de noviembre, cuando parecía ser un día normal en donde lo más relevante en la agenda mediática iba a resultar ser el Tercer Informe de Labores Municipales del alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, terminó por ser un día de renuncias y especulaciones por todos lados.
La primera información que desató la noticia a la especulación, fue la presunta renuncia de la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giandáns, quien se convirtió a pesar de la negativa de Cuitláhuac García Jiménez en la garante del pacto que hiciera Eric Patrocinio Cisneros Burgos con los enemigos acérrimos de Morena y del presidente Andrés Manuel López Obrador, los famosos miembros del Clan Yunes de Veracruz-Boca del Río.
Y es que las últimas informaciones en las que la FGE se habría desistido de las ordenes de aprehensión que habrían sido dictadas en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez y de su padre el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y demás parentela evidencia que hubo entre el oscuro personaje –hoy prófugo- un acuerdo para validarles la impunidad que tanto presumen.
El acuerdo entre Adán Augusto López Hernández y los Yunes del Estero no tenía por qué ser respetado en lo absoluto en Veracruz, porque al final, confirma que el tabasqueño pretende revelarse a la autoridad tanto de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como a la de la gobernadora Electa, Rocío Nahle García.
Hasta el cierre de esta columna, la versión de su supuesta dimisión no ha sido confirmada por ninguna autoridad, aunque en los pasillos de Palacio y los corrillos políticos se afirmaría que estaría haciéndose efectiva a partir de este viernes 29 de noviembre, para así darse tiempo a emprender la inminente huida.
Más tarde, el jueves seguiría convulsionando las redes sociales, con el anunció realizado por la misma gobernadora Rocío Nahle García al adelantar que José Luis Lima Franco, quien fuera secretario de Finanzas y Planeación en el cuitlahuismo y quien repetiría –así estaba planeado- al frente de la dependencia anunciaba su dimisión a tan valiosa invitación para después de un largo proceso de reflexión anunciar que quiere ser alcalde de su pueblo, Poza Rica.
Como dirían por ahí, a otro con ese cuento, la realidad es que la salida de Lima Franco –abrió todo un debate respecto a las razones que habrían orillado a la Gobernadora Nahle García a separarlo del encargo.
¿Qué se habrá comido? ¿que intentó tapar? ¿Habría sido la sombra del primo incómodo –Eleazar Guerrero- responsable de operar todas las Unidades Administrativas de todas las dependencias del Gobierno durante los últimos seis años la que lo afectó?
Muchas dudas, muchas posibles versiones, lo cierto es que la más cercana a la realidad será que en el tema Poza Rica son muchos los grupos interesados en postularse a la alcaldía de dicha municipalidad y José Luis Lima Franco resulta un actor clave que permitiría el consenso y el acuerdo al interior de Morena, por lo que se le habría pedido fuera él tapado y este aceptó.
Aunque sin menospreciar esta versión, surge la pregunta, ¿no se supondría que al dejar sin aprobar y negociar el próximo presupuesto 2025 dejaría en la indefensión a la próxima administración?
En fin, tarde o temprano se sabrá la realidad de tan apresurada salida, mientras tanto, los estertores del Cuitláhuismo se perciben en las calles y edificios públicos, la gente cuenta con ansias las horas para ver llegar a Rocío Nahle al poder, y con ello, iniciar una importante cacería de brujas sobre aquellos pésimos funcionarios que se robaron la confianza de las y los veracruzanos, porque de que hubo pillos, los hubo.