COLUMNISTAS

ABERRANTE SENTENCIA

Hace ya varios siglos que, don Miguel Cervantes, nos legó “La Galatea’’, y escaso tiempo después, cumplió la aparición y publicación de “El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha’’, la máxima obra literaria de un escritor de lengua castellana.

Los ideales que como argumento primigenio defendió don Quijote eran simple y llanamente los postulados éticos de la ciencia del derecho.  Por esa razón, no obstante, su carácter universal y su permanencia en el tiempo y en el espacio, la falta de su crucial observancia en un estado como el de Oaxaca, que idealmente se considera seguir y apoyar el pensamiento de don Benito Juárez y su férrea defensa al estado de derecho, produce no solo un pésimo sabor, sino un efecto negativo de irremediables consecuencias políticas.

Cuando se deja en libertad a un homicida confeso se rompe la regla de oro del derecho, que magníficamente fue esculpida por Ulpino, la cual afirma: ‘’la justicia es una voluntad firme y perpetua de dar a cada uno lo que le pertenece’’, misma que con cinismo, ignorancia e incompetencia rompió el desvergonzado judicante Lorenzo Ramírez Cruz, en su calidad de Juez Presidente del Tribunal de Enjuiciamiento Itinerante 1, del Circuito Judicial de Valles Centrales, sede Tanivet, Tlacolula de Matamoros, Estado de Oaxaca, al emitir una despreciable sentencia absolutoria al homicida del notario público don José Ortiz Girón; todo ello con el solo afán de pretender conceder impunidad al asesino intelectual de nombre Allan de Jesús Corona Romero.

La novela de corrupción emitida como sentencia, fue elucubrada por la corrupción del ministril que como órgano jurisdiccional de control actuó, lo que implica de manera clarísima, que esa indigna toga en su momento  determino, bajo la presión del oro que acostumbra derramar el homicida intelectual su absolución y, con ello alcanzar un estado de impunidad,  tan es así, que cuando escucho  la airada reacción de la hija del ahora occiso calificándolo como corrupto, ordeno cancelar y retirar la presencia de ella en aquella audiencia en la que dio a conocer su despreciable acto.

Debe de expresarse que en un asunto de esta importancia, por ser la victima quien era, se debió, mantener el prestigio del Tribunal Superior de Justicia del Estado Libre y Soberano de Oaxaca actuando con rectitud de criterio y sin pretender privilegiar los derechos humanos de la delincuencia, sobre los derechos humanos de las víctimas.

Después de una brillante investigación practicada por un  agente del ministerio público de nombre Eder Rene Cristóbal Aguilar, adscrito a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos de Alto Impacto, en la cual se denoto conocimientos y respeto a los derechos humanos de los asesinos materiales e intelectuales, un juez de pacotilla, sin cultura jurídica  en la materia, pero con una denotada auri sacra fames determino absolver a la delincuencia.

La calidad moral del sujeto llamado Lorenzo Ramírez Cruz, el cual firmo esa aberrante sentencia, pone en mal a la justicia de la referida entidad federativa y a las promesas emitidas por Salomón Jara Cruz en su carácter de Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca de brindar justicia a los necesitados.

 

 

 

 

 

 

 

Es cuanto.

Lic. Alberto Woolrich Ortíz.