Busca presidente unidad y hermandad en América
Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó que en la próxima Cumbre de las Américas a celebrarse en Estados Unidos, deben estar todos los países del continente sin excepción.
“Queremos buscar la unidad en América, la hermandad en América. (…) Es el momento de un cambio de política y yo no descarto que el presidente (Joseph) Biden haga la invitación a todos”, subrayó.
Anteriormente, el mandatario ha sostenido que se reservará el derecho de asistir si no se invita al encuentro a las naciones por igual y en su representación irá el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
El jefe del Ejecutivo confió en que el gobierno de Estados Unidos cambie de postura y actúe a favor de la fraternidad entre las naciones; si ocurre, dijo, será un hecho histórico.
“Ya vivimos en otros tiempos, hay que dejar atrás agravios; hay que pensar hacia adelante (…) Las diferencias dogmáticas e ideológicas no pueden estar por encima del bienestar de los pueblos, de la paz, de la tranquilidad, de la felicidad de nuestros pueblos”, expresó en la conferencia de prensa matutina.
Remarcó el potencial que tiene América para convertirse en una de las regiones económicas más importantes del mundo al contar con mano de obra joven, tecnología, recursos naturales y capacidad de producción.
“Si nos integramos como región, sin duda, sería la más fuerte del mundo con mucho más potencial que el antiguo continente, que Europa, que Asia y hacia allá tenemos que ir”, aseveró.
Aseguró que las nuevas generaciones necesitan que en América exista una relación política distinta, cuyo propósito sea estrechar lazos de cooperación sin excluir a nadie.
“¿Qué ganamos dividiéndonos? ¿Por qué no nos unimos y nos complementamos para fortalecer toda América?”, cuestionó el presidente López Obrador.
Recordó que como jefe del Ejecutivo seguirá ejerciendo con base en el Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual se establece la aplicación de una política exterior ceñida a los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de controversias.