Cacho y Wallace, dos caras de la tortura
Por Ángel Álvaro Peña
El rezago en la procuración de justicia en el país es inmensa. Su aplicación está atrofiada por muchos motivos, entre ellos la intromisión de los funcionarios públicos, principalmente el presidente de la república en varios casos, que concentraron, en su momento toda la atención del Poder Judicial, al servicio del Ejecutivo.
En el caso de la periodista Lydia Cacho es un ejemplo claro donde la investigación sobre el caso de tortura perpetrado por el exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, contra la periodista “no avanzó” debido a que el entonces mandatario estatal, ayudó al expresidente Felipe Calderón Hinojosa a organizar “el fraude” electoral que lo llevó a la Presidencia.
Andrés Manuel López Obrador aseguró que Mario Marín fue parte de los gobernadores que “le ayudaron a Calderón en el fraude”, por lo que señaló: “Lo que puedo comentarte es que desde que se dieron los hechos, estos de amenaza, incluso de aprehensión, de órdenes de aprehensión en contra de Lydia Cacho por sus denuncias, yo estaba en la oposición y me manifesté a favor de Lydia Cacho, y hay constancia en los medios”.
Además, el mandatario federal aseguró que su Gobierno no protege a delincuentes, en referencia al amparo que tramitó el exgobernador de Puebla para salir de la cárcel y que le fue rechazado.
Mario Marín fue detenido en Acapulco el pasado 3 de febrero de 2021, por el delito de tortura y que se encuentra recluido en el Centro de Readaptación Social de Cancún, Quintana Roo.
“Estamos concentrando información, pero evidentemente no debe haber ningún privilegio, trato distinto a cualquier persona, evidentemente siempre con un trato a derechos humanos, pero de ninguna manera con un trato privilegiado”, comentó Ricardo Mejía Berdeja, sobre el caso.
En este caso, varios de sus hombres más cercanos han evadido la acción de la justicia, como es el caso del exjefe de la Policía Judicial, Adolfo Karam, quien aún está prófugo. Mientras tanto, el empresario Kamel Nacif Borge consiguió la revocación de su orden de aprehensión en julio del 2021.
En las irregularidades de los juicios, detenciones y sentencias el caso de Lydia Cacho no es el único ni es sólo cosa del pasado la ejecución de la misoginia como si se tratara de una ley autoritaria y discriminatoria. En el México actual existe una serie de injusticias contra las mujeres que no sólo corren en algunos hogares del país sino en la propia administración pública a lo largo y ancho del país.
En Veracruz, en el municipio de Poza Rica, es el propio presidente municipal el que ejerce la misoginia como si se tratara de una ley puede aplicar a su antojo, al segregar a las mujeres de los puestos que merecen, impidiendo su avance y realización personales que merecen por derecho.
Pero como éste hay otros muchos que deben exhibirse y sancionarse porque violentan los derechos naturales de las mujeres, aunque hay mujeres que si son incondicionales al poder resultan ser verdugos no sólo de las mujeres sino de todo lo que se le interponga en el camino para lograr sus propósitos.
Es el caso de Isabel Miranda de Wallace, quien mantiene en la cárcel a dos mujeres y otras personas que fueron torturadas, precisamente en ese sexenio de la vergüenza judicial que fue el sexenio de Felipe Calderón, amigo de la dueña de la empresa de espectaculares Showcase, y perpetradora de una serie de delitos que debieran colocarla en la cárcel en cuando se comprueben los delitos de los que es acusada por la sociedad y testigos del cuento de que su hijo fue torturado y cortado en pedazos.
Desde el 28 de noviembre de 2007, Brenda Quevedo Cruz, está privada de su libertad, acusada con pruebas falsas de haber participado en el secuestro y homicidio de Hugo Alberto Wallace Miranda, supuesto hijo biológico de Isabel Miranda y José Enrique del Socorro Wallace. Brenda y otros cinco detenidos: Jacobo Tagle, Juana Hilda González, César Freyre, así como Alberto y Antonio Castillo, fueron señalados por la señora Wallace porque así se le antojó, sin pruebas; al cabo de casi siete meses mostró una gota de sangre que resultó ser del padre de la supuesta víctima y luego trató otra prueba de un cabello que resultó ser de una mujer.
Wallace sembró una gota de sangre en el departamento de Perugino No. 6-4, Mixcoac, alcaldía Benito Juárez, meses después del supuesto asesinato, donde ningún vecino escuchó la noche del crimen el ruido de la motosierra, con la cual, supuestamente cortaron en pedazos a Hugo Alberto. Tampoco se derramó sangre en el traslado de los restos sino hasta que Osvaldo de Alba, empleado de Wallace desde 2010, alquiló ese mismo departamento y lo utilizó para sembrar la gota de sangre y una licencia de manejo, que es la única evidencia con la que cuenta realmente la señora.
Ahora, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, presentó ante la FGR una denuncia penal contra de la presidenta de la asociación Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, a quien acusa de fabricar pruebas para desprestigiar al Poder Judicial de la Federación, en un intento por evitar que el máximo tribunal analice las denuncias de las personas supuestamente implicadas en la desaparición de su hijo.
Nada más les digo una cosa: si hoy es capaz de fabricar pruebas y de denunciar al presidente de la Corte, qué no habrá hecho contra personas indefensas cuando tenía todo el poder, protegida por Fox, Calderón y García Luna, qué no habrá hecho esta mujer”, señaló Arturo Saldívar.
Por otra parte, anunció que en breve el pleno de ministros se pronunciará sobre la constitucionalidad de la prisión preventiva justificada que, reiteró, viola la Constitución y las convenciones internacionales en materia de derechos humanos. Entre las acusadas están dos mujeres que fueron torturadas con la anuncia delas autoridades de ese sexenio, donde el entonces Presidente tenía todo el poder.
PEGA Y CORRE
Empieza la desbandada en el PRI, el diputado federal Shamir Fernández Hernández anunció su salida del PRI y su bancada ante la conducta mostrada por su líder nacional. Asegura que luego de su salida vendrán otros.
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