Finalizan 30 años del funcionamiento actual de SCJN
La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, cerró este martes los trabajos del Pleno, marcando el fin de una era de 30 años del tribunal en su actual funcionamiento. En su discurso -aplaudido por la mayoría de presentes con excepción de la ministra Lenia Batres-, la togada destacó el legado del máximo tribunal como “piedra angular de la justicia constitucional” y remarcó que será la historia quien juzgue a los ministros salientes a través de sus sentencias.
En su última sesión extraordinaria, convocada para resolver asuntos electorales, en la que el Pleno desechó impugnaciones y confirmó la elección de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Piña Hernández también resaltó que mientras existan personas dispuestas a defender la justicia con integridad, México tendrá un horizonte de dignidad y libertad.
“La Suprema Corte ha recorrido un largo camino para construir su legitimidad. No me corresponde a mí valorar en qué medida ese objetivo se alcanzó. Serán nuestras sentencias las que darán cuenta de ello. Será la sociedad y la historia misma las que juzgarán a quienes hemos juzgado. La historia constitucional que se ha escrito aquí no se ha construido sólo porque ocupamos las sillas visibles. El pulso de la justicia late gracias a quienes desde sus espacios de trabajo sostienen el trabajo diario”, dijo.
Durante el último año, la mayoría de ministros de la actual Corte, encabezados por Piña Hernández, se opuso a la reforma judicial promulgada el 15 de septiembre de 2024, que ordenó que todo el Pleno de ministros dejará su cargo anticipadamente el 31 de agosto próximo para someterlos a votación popular.
Este martes, Piña no hizo una crítica directa a la reforma judicial, pero se refirió al sistema de justicia en México a futuro.
“Señoras y señores: mientras existan mujeres y hombres dispuestos a defender la justicia con integridad, este país tendrá un horizonte de dignidad y de libertad; la ley fundamental ilumina este horizonte, la constitución debe seguir siendo esa brújula moral que nos guía, no como un libro viejo, sino como un pacto vivo que exige renovada lealtad cada día”, señaló.