España vive una crisis que impide emanciparse a toda una generación
Almudena Lujan es una profesionista española de 35 años, sin hijos, con un trabajo estable pero precario, y que a su pesar sigue viviendo en la casa de sus padres: No es una situación de la que estoy orgullosa, pero es lo que hay. Las pocas casas que hay en el mercado o están a precios inalcanzables para alguien con mi salario, un poco más de salario mínimo, o están fuera de mi órbita geográfica. Y así estoy desde hace años y desesperada. Su caso es uno de los centenares de miles de personas que buscan la emancipación o la independencia creando su propio hogar y no pueden por una cuestión ajena a ellos: no hay vivienda.
Según cálculos del Banco de España, en el país hay un déficit de vivienda que se estima entre 400 mil y 450 mil unidades, a pesar de la paradoja de que hay alrededor de 4 millones de viviendas vacías, la mayoría de ellas situadas en zonas de baja demanda.
La escasez de vivienda en España está focalizada en los grandes centros urbanos y sus alrededores. En ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Bilbao los casos como el de Almudena son más frecuentes, a pesar de que muchas veces tienen recursos y salarios holgados para acceder a una vivienda de alquiler o a un crédito para la compra del inmueble. Y básicamente se debe a que hay un problema estructural que se viene arrastrando desde hace ya más de una década, sin que se haya puesto una solución efectiva, aunado a que España es el país de la Unión Europea (UE) que menor vivienda social tiene y que actualmente no representa ni 2.5 por ciento del total del parque de casas del país, mientras en países como Austria y Suecia este porcentaje supera 30 y 25 por ciento, respectivamente.
Según un informe elaborado por la Universidad CEU San Pablo, precisamente sobre el problema estructural de la vivienda que se hizo público el pasado 24 de junio, se explica que para entender la situación actual hay que remontarse a las décadas los 80 y 90 del siglo pasado, cuando en España se construían anualmente entre 200 mil y algo menos de 300 mil viviendas anuales.
A finales de los 90, coincidiendo con el lanzamiento del euro y la consiguiente rebaja de los tipos de interés, se produjo un incremento muy fuerte de la construcción del número de viviendas libres, así como de su precio en el mercado. Ese boom de la construcción y de la venta de viviendas con hipoteca, al principio fue asumido por el mercado, pero con el tiempo desembocó en una gran burbuja de especulación financiera-inmobiliaria.
El punto más álgido se alcanzó en 2006, con la construcción de más de 658 mil viviendas, un año en el que, por cada euro de crecimiento del PIB de España, el endeudamiento neto de las familias y empresas aumentó en cuatro euros. En esta época, sólo en España se construían más viviendas que en Francia, Alemania e Italia juntas.