COLUMNISTAS

Vuelve la guerra misógina en Veracruz

-A toda costa quieren evitar que sean mujeres jóvenes y preparadas quienes decidan el destino de los municipios


Por Ángel Álvaro Peña

La guerra sucia en Veracruz tiene a las mujeres como enemigo a vencer. Los enemigos surgen de dentro y fuera de las fuerzas políticas de la entidad y el endurecimiento cuando se trata de acabar con quienes carecen de antecedentes que sean los de otros partidos, o escándalos.

Porque cuando un político no tiene mala conducta pareciera que algunos grupos, sobre todo en la oposición, se niegan a reconocer. Veracruz ha cambiado, la gente lo ha cambiado, de ser un bastión priista en defensa del pasado y el autoritarismo, se muestra ahora una visión del futuro y la equidad.

Así, la equidad de género es algo que pareciera estorbarle a algunos; sin embargo, suelen ser vencidos fácilmente por quienes consideran débiles y frágiles.

La oposición que comulga con el pensamiento más conservador del estado, ve en las mujeres un problema, pero si esas mujeres además son jóvenes y preparadas, la tradición es levantar sospechas sobre todos los actos inmorales habidos y por haber, lo cual, en sí mismo, es una inmoralidad.

Así sucedió en Poza Rica, donde se mueven muchos intereses malsanos contra las mujeres, luego de que fue electa por la encuesta de Morena, Janeth Adanelly Rodríguez Rodríguez, para la candidatura a la presidencia municipal.

Desde luego el lodazal que deja a su paso el actual alcalde, mancha a veces plumajes que nada tienen que ver con la suciedad de la corrupción en la que hundió a la administración de dicho ayuntamiento el ex beisbolista.

Enemigo de las mujeres, acusado de acoso y maltrato a sus subordinadas, denunciado por pasarse de listo con una empleada y fue sancionado obligándolo a ofrecer disculpas públicas. El actual presidente de Poza Rica, sale por la puerta trasera de la historia.

Los pozarricenses no merecen personajes como Fernando Remes en su administración pública, en ninguno de sus niveles. La mancha es tan grande en la actual administración pública de esa ciudad, que se creó la idea de que todo lo que provenía de esas oficinas era deshonesto. De ahí que el hecho de que Adanely haya trabajado en el área de comunicación social del municipio, tuvo como primer impacto una reacción negativa ante la población.

Sabemos que en Veracruz la guerra sucia se utiliza para evitar que las mujeres lleguen a puestos de decisión y como no encuentran en su pasado nada turbio, prefieren inventar, falsificar documentos, inventar declaraciones y hasta manchar reputaciones.

Al conocer la trayectoria de Adanelly Rodríguez es evidente que la probable influencia de Remes era sólo un invento para tergiversar su carrera política y obstaculizar su triunfo.

Esto mismo sucede en el partido Movimiento Ciudadano, donde se carece de un método para seleccionar a sus candidatos, se juega con la militancia más sólida y mejor preparada, principalmente si son mujeres.

A Marlene Azuara Gómez y a Graciela Oyuki León Bonilla, les mandó a llamar el secretario de Acuerdos del partido en Veracruz, Luciano Folgueros Pioli, quien les pidió aceptar la responsabilidad de encaminarse hacia la candidatura para la presidencia municipal, para lo cual cumplieron con todos los requisitos exigidos e invirtiendo en campaña. Ambas con una trayectoria importante en la vida pública de la entidad.

Señala Azuara: “Se nos hizo creer que este era un proceso legítimo. Confiamos en las reglas establecidas, conformamos un equipo de trabajo, hicimos precampaña, cumplimos con todos los requisitos jurídicos y financieros ante el Instituto Nacional Electoral y nos entregamos de lleno a este proyecto con el respaldo de la gente que confió en nosotros. Sin embargo, después de semanas de trabajo arduo, el 5 de marzo de 2025, de manera sorpresiva y sin previo aviso, fui notificada verbalmente de que debía desistir de mi precandidatura, ya que el partido había decidido, sin consulta, sin explicación y sin transparencia, que otro candidato sería impuesto”.

Las afectadas aseguran que las utilizaron, les mintieron y traicionaron. Por si fuera poco, ese partido asegura impulsar la participación de las mujeres en la política, pero se contradice con estos actos.

Precisamente el Día Internacional de la Mujer fueron notificadas Marlene y Graciela Oyuki, la designación de David Rivas, de oscura trayectoria y mala fama, como candidato de ese partido a la presidencia municipal de Poza Rica, lo que consideran Marlene y Graciela, una afrenta directa a la lucha histórica que tantas mujeres han dado por abrirse espacio en la política y en la sociedad. “Mientras afuera se pronuncian discursos de apoyo y compromiso con la equidad, aquí en Poza Rica somos testigos de cómo esas palabras se desmoronan cuando se enfrentan a los intereses de unos cuantos”.

Informa Marlene Azuara que dirigió un oficio al coordinador estatal de su partido, “exigiendo una explicación formal. No busco la candidatura por ambición personal, pero sí exijo que el partido dé la cara y asuma su responsabilidad. Exijo una disculpa pública y una explicación clara a la ciudadanía, porque no solo se burlaron de mí, sino de toda una comunidad que creyó en la posibilidad de un cambio”. La propia estructura de MC se sacudió ante la misoginia mostrada desde el liderazgo mayor hasta el propio David Rivas, quienes incurren en un delito de violencia política de género,

David Crescencio Rivas Vázquez participó como candidato a la diputación local por MC durante la reciente contienda, obteniendo una baja votación, además, no se registró oficialmente para participar en el proceso de este año, en tiempo y forma, y ahora resulta que puede desplazar a quienes han luchado por esta responsabilidad que pareciera convertirse en una obsesión enfermiza para el empresario del ramo de funerarias, quien no tiene arraigo ni simpatías entre la población y cuenta con el grave defecto de ser un agresor de mujeres y jugarles sucio en la política, desde luego con algunos cómplices dentro de la cúpula de MC.