Ciudadanos marchan en Tulancingo, Hidalgo para exigir alto a la violencia
Ante la ola de ejecuciones, balaceras y violencia registrados en Tulancingo, Hidalgo, en las últimas semanas, dos grupos de ciudadanos marcharon, por separado y horas diferentes, de forma pacífica en demanda de seguridad y paz social por calles y avenidas del municipio.
Uno de los grupos, integrado por cerca de 50 ciudadanos, partió a medio día del monumento a Benito Juárez, ubicado en el Jardín de la Floresta, en el primer cuadro del centro histórico de la ciudad.
En la convocatoria de la marcha, compartida en redes sociales, se anunció que uno de los objetivos era pedir la renuncia de la alcaldesa morenista Lorena García a quien responsabilizaron de la inseguridad.
«No somos bots, queremos paz», se podía leer en la pancarta de una de las manifestantes.
Por la mañana, un grupo aproximado de 30 personas realizaron una primer marcha también para exigir paz y seguridad a las autoridades de los tres niveles de gobierno para Tulancingo. Los participantes vestían playeras, blusas y chamarras de color blanco.
La movilización inició en la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE ) de la colonia Jardines del Sur y terminó en la zona de museos del centro histórico.
Puntualizaron que habían decidido marchar aparte tras asegurar que su marcha era totalmente ciudadana y ajena a partidos y organizaciones políticas.
Bajo este contexto, diversas organizaciones sociales han convocado a otra manifestación para las ocho de la mañana del próximo martes. Se prevé la toma de la alcaldía y el cierre de la carretera México -Tuxpan en el tramo del crucero al municipio de Acatlán.
Violencia en Tulancingo
La noche del jueves, el empresario Juan Carlos Pérez Hernández, dueño del bar La Cerve de Tulancingo fue asesinado afuera de un gimnasio.
La noche del viernes, apareció una narcomanta en un puente peatonal de la carretera México-Tuxpan. «Eso que le pasó a Carlos le va a pasar a los chapulines», decía el mensaje en aparente alusión al empresario ejecutado.